Los expertos recomiendan un descanso diario de alrededor de ocho horas para llevar una vida saludable, pero si no conseguimos dormir lo necesario por la noche, la siesta podría ser un buen recurso. Según varios investigadores internacionales, estas pueden aportarnos grandes beneficios para nuestra salud.

Las siestas de menos de 30 minutos, en el sofá y entre las 12:00 y las 16:00h de la tarde, podrían ayudar a prevenir enfermedades como el alzhéimer o el párkinson, además de mejorar la presión arterial, nuestro estado de alerta y el humor, todo ello sin quitarnos el sueño.

Mientras que si pasamos ese límite de tiempo, nos recostamos en la cama y a deshora, sería contraproducente. Según un estudio de la Universidad de Murcia, las siestas largas podrían aumentar el riesgo de obesidad, altera los horarios de comidas, así como el descanso, quita el sueño y genera que se fume más.