En la actualidad, estamos rodeados de cámaras, no solo las de nuestro ordenador o móvil, sino también en la calle. Existen mil millones de cámaras de vigilancia en todo el mundo, una por cada ocho habitantes, pero el debate está abierto entre los que las consideran una herramienta de protección y los que las ven como una intromisión a la privacidad.

"¿Dónde debe terminar el control que tiene que ejercer el Estado o el Gobierno sobre la manera de actuar de uno?", se pregunta Gonzalo Miró, ante lo que Juan del Val aclara que acaba en "la propia seguridad".

Nuria Roca comenta que "al final, la intimidad se va a quedar reducida al entorno doméstico" y Miró plantea: "Entonces, ¿hay que entender que uno en cuanto sale de la puerta de su casa está en GranHermano? ¿Hay que asumir eso? A mí no me gusta".