Un inquietante hallazgo rompe la tranquilidad de las Rías Baixas en mayo de 2002. En una cuneta de una carretera a la orilla del Atlántico aparece abandonado el cuerpo de una mujer. Las huellas dactilares permiten identificar el cadáver: es Déborah Fernández, una joven viguesa de 21 años desaparecida diez días antes.

El escenario donde aparece el cuerpo de la joven es el primer misterio, como mostró Equipo de Investigación en un programa de 2019 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.

"La distancia entre el cuerpo y la carretera es de unos 2,70 metros. La víctima aparece totalmente desnuda, sin ningún tipo de indicativo, ni pendientes, ni joyas, nada. Está tapada de una manera decorosa. La mayor parte de las ramas le tapa el pubis y los pechos, lo que nos habla de cierto mimo. Además, no estaba nada maltratado, no tenía golpes, no se le había maniatado, no tenía ningún tipo de marca, de ligadura. Podríamos pensar que la persona que la dejó aquí la conocía, o le tenía un especial aprecio y seguramente estemos ante una situación de postura de enmienda, explicó Francisco Pérez, criminólogo.

En este sentido, el criminólogo apuntó que "una postura de enmienda es la que adopta el criminal cuando está arrepentido por lo que ha hecho".

Sobre la posibilidad de que una única persona colocara el cadáver, Francisco Pérez respondió que "un cuerpo muerto se maneja mal y pesa mucho", por lo que "si lo tiene que manejar una persona, es difícil que no haya señales de arrastre". No obstante, "el cuerpo fue sido cogido, izado y depositado para que se pudiera ver, querían que se encontrara".

Además, el criminólogo describió los elementos hallados en torno al lugar: "Lo primero que se vio fue un preservativo que estaba parcialmente fuera del envoltorio, estaba acompañado de un pañuelo de papel y puesto con la idea de que no se lo llevase el aire. Lo siguiente que se encontró fue una cuerda de 1,40 metros, apareció debajo de la cabeza de la víctima. Se vio una vez que se levantó el cadáver. Observando los enganches de la cuerda se determinó que coinciden perfectamente con los enganches de las cuerdas usadas para atar machetes de montaña que se ciñen al muslo".

A 400 metros de donde se encuentra el cadáver está el pueblo más cercano Portecelo, que solo tiene 20 habitantes. Adelaida fue la mujer que vio el cadáver. Puedes ver su testimonio en el vídeo que se incluye al final.

El pasado mayo fueron exhumados los restos de Déborah Fernández para realizar pruebas que pudieran aportar nuevas pistas sobre su muerte. La familia ha recuperado la agenda y el disco duro de su ordenador. El juzgado ha ordenado un cribado de ADN a varias personas que hasta ahora no se habían sometido a examen cuando faltan pocos meses para que prescriban los hechos.

*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2019 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.