El pasado mayo fueron exhumados los restos de Déborah Fernández para realizar pruebas que pudieran aportar nuevas pistas sobre su muerte. La familia ha recuperado la agenda y el disco duro de su ordenador. El juzgado ha ordenado un cribado de ADN a varias personas que hasta ahora no se habían sometido a examen cuando faltan pocos meses para que prescriban los hechos.

Equipo de Investigación analizó el caso en un programa de 2019 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.

El cadáver Déborah Fernández apareció a escasos metros de Portecelo en una cuneta en mayo de 2002 días después de su desaparición. Una vecina del pueblo, Adelaida, encontró el cuerpo al salir a pasear.

Equipo de Investigación habló con ella: "Me quedé para al verlo, yo no sabía dónde estaba. Pensé que era una muñeca, pero resultó ser una mujer. Después fui a buscar a Félix que estaba allí".

El programa también habló con Félix, que relató qué ocurrió entonces: "Adelaida la encontró, se veía que llevaba tiempo muerta. Estaba denuda del todo y tenía unas ramas tapándola por encima. Vino luego la Guardia Civil y a partir de ahí ya no te puedo decir más".

La investigación del caso se dirigió desde Madrid. La coordinó un comisario hoy ya jubilado, que se enfrentó a uno de los casos más enigmáticos en su carrera profesional.

"Nos hicimos cargo cuando comenzó la desaparición. La circular que tenemos en el cuerpo de la Policía es que cuando se da un caso de los considerados graves, la brigada policial de la zona donde ocurre, en este caso de Pontevedra, llama a la Unidad Central y desde Madrid se desplaza el jefe de la Sección y un inspector", contó Ángel Galán, comisario de Policía.

Sobre el lugar en el que se encontró el cuerpo, Galán añadió que "no tenía ningún sentido" y que "estaba colocado, con mimo".

*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2019 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.