El Gran Wyoming señala que el ser humano siempre se ha esforzado en conseguir frutas más grandes, bonitas y más apetecibles. El problema es que la fruta es "muy desagradecida", afirma, pues para que esté rica hay que darle mucha agua, aunque escasee, "como ocurre en el entorno de Doñana con las fresas", apunta.

A este respecto, la asociación alemana Campact ha iniciado una campaña para boicotear las fresas de Huelva. Pretenden que las cadenas de supermercados de su país dejen de vender este producto porque entienden que "está propiciando la desaparición del Parque Natural de Doñana", expone. Les llaman "fresas de la sequía", explica, y protestan por la regularización de los cultivos ilegales por parte de la Junta de Andalucía.

Alemania es el principal cliente de las fresas españolas y este boicot es "una señal de que en Europa les cuesta entender que una administración pública pueda favorecer con sus leyes la desecación de un parque natural como Doñana", indica. "Ningún sector económico debería primar sobre la vida o los ecosistemas", sentencia, y reconoce no saber la solución pero añade que lo lógico sería "no regularizar regadíos ilegales o cambiar los cultivos y plantar fruta que no necesite tanta agua".