Martiño Noriega, alcalde de Santiago de Compostela, y Antonio Dieter Moure, experto en arte Románico, nos dieron las claves de un caso que El Intermedio puso sobre la mesa y llegó hasta el Parlamento gallego y el Congreso de los Diputados.

El Intermedio fue quien hizo pública la situación de las estatuas de Abraham e Isaac y, días después, el concello de Santiago de Compostela se puso en funcionamiento para intentar recuperar ambas esculturas para el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago.

El alcalde Martiño Noriega consideraba que estas esculturas del Maestro Mateo eran propiedad del ayuntamiento y así se lo hizo saber a través de un requerimiento sobre las estatuas, que apuntaba además los argumentos concretos del alcalde para reclamar la vuelta de Abraham e Isaac, considerados por El Intermedio como los últimos presos del franquismo.

Noriega expuso la compra ante notario de esas dos estatuas por parte del Ayuntamiento de la ciudad al conde de Ximonde en 1948. Años después, las figuras fueron cedidas al patrimonio de los Franco pero la cesión no iba acompañada de ninguna certificación acreditada.

Posteriormente, la comisión de Cultura del Congreso de los Diputados decidía que el Gobierno investigara si la familia Franco expolió las esculturas de Isaac y Abraham de la Catedral de Santiago. Si fuera así, tendrán que devolverlas.

Al mismo tiempo, todos los grupos del Parlamento de Galicia apoyaban la reclamación de Martiño Noriega como alcalde de Santiago para exigir a la familia Franco la devolución de las estatuas de Abraham e Isaac que se encuentran en su poder.

La proposición no de ley, en consonancia con las aprobadas también en el Congreso y en el propio Ayuntamiento de Santiago, fue presentada por el grupo de En Marea y, tras alcanzar una transacción con el PPdeG, ha contado con el apoyo de todos los grupos.

Según el texto que se ha votado, el Parlamento gallego expresa su apoyo a la reclamación del Ayuntamiento de Santiago de que le sean devueltas estas dos esculturas y, tras la resolución del conflicto judicial iniciado, insta a la Xunta a colaborar con el consistorio en la restauración y puesta en valor de estas piezas, que originalmente pertenecían a la fachada del Pórtico de la Gloria. Finalmente, reclama que sean declaradas cuanto antes Bien de Interés Cultural.