Isma Juárez visitaba Fresnedillas de la Oliva, un pueblo de la Comunidad de Madrid donde viven personas de unas 30 nacionalidades y que este calificaba como "un Erasmus". Rosa y Mari Ángeles, vecinas de la localidad, explicaban al reportero que ellas no eran autóctonas de allí, pues solo lo era poco más del 40% de los habitantes.

"Les podéis montar un golpe de Estado", sugería Juárez, y se interesaba por saber si había algún partido que representara a los de "fuera de Fresnedillas", pero estas le aclaraban que allí no gobernaba ningún partido, sino los vecinos.

Además, le desvelaban que estaba considerado un lugar con mucha longevidad y comentaban que "cada calle que tiene nombre de una persona es que ha pasado de los cien años". "Es al agua de aquí y los aires de Guadarrama", apuntaban las señoras, ante lo que este aseguraba que, vista la buena salud de El Gran Wyoming, le propondría que se empadronara allí para que le pusieran una calle porque "creo que Almeida no se la va a poner", sospechaba.

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