Sus hijas, de seis y dos años, fueron asesinadas presuntamente por su padre. Un mes después, Itziar relata en un comunicado el infierno que le hizo vivir su expareja: "Sus amenazas eran reiteradas y siempre en el mismo sentido. Él decía: 'Cuidado con lo que haces. Vais a terminar todos muertos y yo en la cárcel'".

Una valiente denuncia que hace a través de la voz de su abogado porque ella aún no tiene fuerzas. "Nerea me contó que un día estando solo con ellas rompió a golpes el carrito de Martina mientras ella protegía a su hermana en el pasillo de casa", afirma la madre en la carts.

En un espeluznante relato cuenta cómo el miedo hacia su expareja se apoderó de ella, cómo pidió ayuda pero nadie la creyó. Su situación fue calificada de riesgo bajo. Y la jueza le denegó la orden de protección. En este sentido, Itziar asegura que "el sistema ha fallado, todos los reconocen, pero ninguna administración asume las consecuencias de su responsabilidad".

Y por eso, advierte de que acudirá a los tribunales si es necesario: "Yo necesité protección, acudí a las instituciones con respeto a todas las normas, pero no funcionaron".

Un amparo que dice, ella, no encontró. Pero que sí deberían encontrar otras víctimas. "Ya es tarde para mí. Es tarde sobre todo para Nerea y Martina", lamenta. Además, recuerda: "Dejad de buscar ninguna otra justificación porque quien mata a sus hijas y luego se suicida, no es un pobre hombre, es un cobarde".

Violencia machista que deja cifras dramáticas: desde 2013, hasta 27 menores han sido asesinados por sus padres o las exparejas de sus madres.