En verano, el cambio de ropa irá aparejado al cambio de mascarilla. Con las altas temperaturas se antoja necesario encontrar una alternativa para soportar el calor de la mejor manera posible, y la mascarilla es uno de los tantos elementos a los que hay que atender.
"Con las FFP2 no se puede respirar bien", dice una mujer en la calle. "Me pongo las otras y me falta la respiración", argumenta otra ciudadana que porta una mascarilla quirúrgica. Un argumento que repiten otras personas, aunque no todas las opiniones van en la misma línea. "Prefiero llevar una mascarilla que me dé más calor a una que me proteja menos", indica una joven en la calle.
En situaciones de bajo riesgo –al aire libre o donde haya distancia de seguridad- se puede sustituir la FFP2 por la quirúrgica sin temor a contagio. Las primeras cuentan con más capas y son más herméticas, lo que hace que concentren más el calor. Las segundas, por el contrario, aprietan menos y transpiran más, lo que las hace más atractivas para el verano.
Aparte de las recomendaciones ya conocidas para afrontar el calor –beber mucha agua, caminar por la sombra, utilizar ropa más veraniega-, una más: cambiar con algo más de frecuencia la mascarilla porque con el calor se concentra más humedad en su interior.
Los expertos recomiendan, en caso de utilizar mascarillas quirúrgicas, el uso de crema solar en toda la cara. Lourdes Fernández, dermatóloga del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, recuerda que, para evitar los efectos del sol, resultan mejor las FFP2: "Tienen más capas y filtros, y cuanto más oscuras sean, como la ropa, más protegen".
Y una última recomendación: para evitar que la crema se mezcle con la sudoración, es recomendable utilizar un protector 'oil-free': "Si no, entre el sudor y todo, la mascarilla no funciona", asegura un chico.
42 años de prisión
El acusado de matar a su novia de 17 años embarazada en El Rubio (Sevilla) confiesa que la asesinó y descuartizó
En contexto En febrero de 2023, El Rubio, un pequeño pueblo de Sevilla, fue el escenario del primer asesinato machista de una menor de edad del año. La víctima se llamaba Elia, tenía 17 años, estaba embarazada y falleció después de recibir un disparo de escopeta en la cabeza. El autor confeso fue su novio, un joven de 22 años.