Viviendas quemadas
Una vecina de Méntrida pierde todo en el incendio: "No tengo nada, está todo calcinado"
Los detalles El fuego dejó dos casas completamente quemadas en la urbanización de Calypo Fado. Una de las vecinas cuenta cómo al volver a su hogar descubrió que lo había perdido todo.

Resumen IA supervisado
El incendio en Méntrida, Toledo, llegó hasta la urbanización Calypo Fado, en Casarrubios del Monte, calcinando dos de las 2.000 viviendas. Los vecinos, como Chelo, tuvieron que huir con lo puesto, dejando atrás sus pertenencias. Chelo relata que escapó con su perro mientras las llamas avanzaban, quedándose sin documentos ni pertenencias. El pánico fue evidente, con vecinos describiendo la situación como apocalíptica mientras eran desalojados. Beatriz, otra afectada, luchó contra el fuego, logrando salvar su hogar. Aunque quedan rescoldos, el peligro fue mitigado por la limpieza previa del terreno. Ahora, los vecinos evalúan los daños con alivio por estar a salvo.
* Resumen supervisado por periodistas.
Las llamas del incendio declarado en Méntrida, Toledo, llegaron hasta las casas de la urbanización Calypo Fado, en Casarrubios del Monte (Toledo), dejando dos de las 2.000 viviendas completamente calcinadas. Sus vecinos tuvieron que salir con lo puesto, dejando atrás sus pertenencias.
Chelo, una de estas personas que ha perdido su casa, cuenta que tuvo que marcharse con lo puesto y con su perro al ver que el fuego se aproximaba a su hogar. "Vi cómo pasaban las llamas de un chalé a otro y tuve que salir corriendo con lo puesto. Cogí el perro y nada más", explica.
Ahora, señala que se ha quedado sin nada. "No tengo documentación ni nada. Está todo calcinado", lamenta.
Lo cierto es que el pánico era evidente cuando el incendio comenzó. "¡Esto es el apocalipsis!", gritaban algunos vecinos, que explicaban cómo estaban comenzando a desalojarles de sus casas.
En apenas una hora, estaban cercados por las llamas. Beatriz, que todavía se seca las lágrimas, cuenta que ella misma luchó contra el fuego. "¿Lo veis? La manguera por fuera sacada. Eso ahora mismo está humeante", explica.
Quedan pequeños rescoldos, pero podía haber sido peor. "Lo teníamos podado y limpio, si no todo esto arde", asegura, indicando que hace días avisó al Ayuntamiento de lo peligroso que era que el campo que se encuentra a unos pocos metros de su casa estuviese seco.
"Nos desalojaron, pero no nos quisimos ir. Entre todos hemos logrado salvarlo, pero mi parcela y mi perro casi se queman", reconoce sin poder contener la emoción.
Ahora, todos hacen balance de daños con los hidroaviones de fondo y el olor a ceniza, pero el alivio de saberse a salvo, porque hubo momentos muy difíciles.