Turismo

'Un país para viajárselo' nos lleva a los morados campos de lavanda de Brihuega y al mágico aroma del pueblo en pleno festival

Más Vale Tarde viaja, de la mano de Luis Calero, a Brihuega. A un mágico lugar de Guadalajara que se tiñe de morado y blanco en pleno festival de la lavanda para disfrutar de sus paisajes, de sus veraniegos sabores con helados realizados con esta flor y de su aroma.

Los campos morados de lavanda en Brihuega

El plan perfecto para los amantes de la lavanda. Eso es lo que nos ha descubierto Luis Calero en Más Vale Tarde. En 'Un país para viajárselo', en el que ha descubierto Brihuega, en la provincia de Guadalajara, que vive en estas fechas un festival que ha teñido el pueblo de morado y de blanco en una de las imágenes más espectaculares del verano en España.

Así es Brihuega. Así es un lugar conocido por esa estampa llena de lavanda. Por formar parte de la llamada red de pueblos mágicos y por ser también conjunto histórico artístico. Porque es arte. Porque eso es lo que es un lugar que vive uno de los momentos más especiales de todo el año.

No faltan ni las actividades ni los planes. Y no falta tampoco algo para los que tan solo quieren disfrutar de los campos de lavanda y del pueblo en medio del festival. De ese encanto. De, además, el único hotel 5 estrellas de toda la provincia de Guadalajara. Es lo que antes era la Real Fábrica de Paños, un regalo de los Borbones en 1750.

Y si la belleza de Brihuega entra por los ojos también lo hace por sus sabores. Por ese helado de lavanda con la flor caramelizada. Por ese color morado tintado con arándano. Y también por el que es el producto estrella para los amantes del queso, con un cucurucho de curado de oveja con miel de lavanda.

Del campo al aceite esencial de lavanda

Es, como se suele decir, una merienda veraniega. Un buen sabor para disfrutar también del aroma de la lavanda. Porque la flor, tras el proceso pertinente de cortado y vapor de agua en una destilería, se transforma en uno de los bienes más preciados que existe. Porque pasa a ser un aceite aromático esencial en productos que van desde body milk a los geles y a los champús, pasando por la miel de lavanda.

No hay más que apretar el difusor de un frasquito de perfume de lavanda de la Alcarria. De todo lo que vale la bien llamada Provenza española.