Florentino Recio fue fusilado hace 86 años, en 1936. Los franquistas lo sacaron de su casa mientras cenaba y sus familiares nunca más volvieron a verlo. Fue asesinado junto a otras seis personas.
Durante décadas su cuerpo permaneció en un paraje de la comarca de La Sagra. Pero el empeño de sus familiares permitió la localización de sus restos en una fosa común a finales de 2021.
Este sábado su hija Agustina, de 92 años, ha podido por fin enterrar los restos de su padre en el cementerio de Recas, en Toledo. Agustina sólo tenía 3 años cuando vio a su padre por última vez. "Ya no me importa morirme mañana", exclamaba la mujer muy emocionada durante el acto.
Los familiares de Florentino han luchado durante siete años para conseguir exhumar su cuerpo y darle una sepultura digna, como se puede observar en el vídeo sobre estas líneas. Su nieto, Benedicto Sánchez, se ha mostrado satisfecho tras varios años de lucha "y muchas trabas".
Primera declaración ante el juez
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