El 'trumpismo' contra la criminalidad
Trump dice que pedirá pena de muerte para quien cometa un asesinato en Washington
¿Por qué es importante? La iniciativa del republicano se presenta como nueva parte de su estrategia con la que busca acabar con lo que considera una criminalidad desbocada en la capital estadounidense, donde el nivel de delitos, pese a ser alto, está en su punto más bajo de los últimos 30 años.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su Gobierno propondrá la pena de muerte para quienes cometan asesinato en Washington, como parte de su estrategia para combatir el crimen en la capital. Durante una reunión de su Gabinete, Trump afirmó que esta medida es una fuerte prevención y que toda su Administración está de acuerdo. A pesar de que el nivel de delitos ha disminuido en los últimos 30 años, Trump asumió el control de la seguridad de Washington el 11 de agosto, justificando una "emergencia" por alta criminalidad. Con el apoyo de seis estados republicanos, se han desplegado 2.000 efectivos de la Guardia Nacional y otras agencias federales, resultando en 1.094 arrestos y la confiscación de 115 armas ilegales. Sin embargo, activistas denuncian que estas acciones se están utilizando para detener a migrantes indocumentados.
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El presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, avanzó que su Gobierno pedirá la pena de muerte para todo aquel que comenta un asesinato en Washington como parte de su plan para acabar con el crimen en la capital. "Si alguien asesina a alguien en la capital, pena de muerte", dijo Trump durante la séptima reunión de su Gabinete.
Según el mandatario, esta "es una medida de prevención muy fuerte", pero aseguró que toda su Administración está de acuerdo. "No sé si estamos preparados para esto en este país. Pero no tenemos otra opción", añadió. "Si alguien mata a alguien", insistió el republicano, "va a ser pena de muerte".
El presidente avanzó esta nueva parte de su estrategia con la que busca acabar con lo que considera una criminalidad desbocada en la capital estadounidense, donde el nivel de delitos, pese a ser alto, está en su punto más bajo de los últimos 30 años.
El pasado 11 de agosto, Trump tomó el control de la seguridad de Washington, por 30 días inicialmente, amparándose en la ley que permite intervenir la autoridad de la ciudad justificando que existe una "emergencia" por la alta criminalidad.
Además de los 800 miembros de la Guardia de Washington activados, seis estados gobernados por republicanos (Virginia Occidental, Carolina del Sur, Ohio, Misisipi, Luisiana y Tennessee) que han decidido enviar más efectivos. Tras su llegada, el número asciende a unos 2.000 efectivos solo de la Guardia Nacional. También patrullan en la ciudad la Policía Metropolitana y agentes federales del FBI, la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
Según explicó este martes la fiscal general, Pam Bondi, ya se han arrestado 1.094 personas en Washington y se han requisado 115 armas ilegales. Activistas y organizaciones han denunciado que las agencias federales están aprovechando esta supuesta guerra contra el crimen para detener a migrantes indocumentados.