No creo que la ciudadanía vote lo que vote por ser tonta, aunque todos somos ignorantes de muchas cosas. Los motivos por los que cada uno decide su opción son múltiples y están bien fundados, incluso cuando la realidad hace que sea contraria a sus intereses materiales. Existen diversas razones por las que cada ciudadano decide su voto y las condiciones materiales suelen ocupar un lugar muy residual en esa escala de prioridades. Son las realidades emocionales, sentimentales, culturales e ideológicas las que definen el voto y pocas veces se vota en contra de esos intereses solo porque se haga un análisis racional sobre las prioridades materiales y la estructura competencial que mejor atiende a esos preceptos. Aunque eso tiene consecuencias, y pueden ser funestas. Porque eso no evitará que proceder de esa manera aumente las probabilidades de que un día tus decisiones políticas e ideológicas te afecten de manera radical habiendo sido responsable de tu propia desgracia.
Si vives en Castilla y León y tu casa arde y has votado a Mañueco, es tu responsabilidad; si vives en Madrid y te quedas sin un diagnóstico temprano de cáncer habiendo votado a Ayuso, es tu responsabilidad. Quienes pedimos a los políticos que asuman sus responsabilidades tenemos que hacernos a nosotros responsables de las nuestras. No puedo pedir responsabilidades al Gobierno de coalición por su posición en política internacional en el Sáhara porque cuando los voté sabía que llegado el caso lo traicionarían. Esa es mi responsabilidad. No puedo eludirla. No hay que infantilizar a la ciudadanía, simplemente informar y que ellos decidan en libertad su propia condena si es lo que quieren.
Estos días ha habido mucho debate sobre la realidad competencial de nuestro país y quién es responsable de cada tema. Siempre he creído que existe un desconocimiento general sobre la realidad competencial en nuestro país y que cambiar eso voltearía de manera radical la realidad electoral en España. Por eso es importante ser didáctico y no caer en los debates de politiqueo porque literalmente puede salvar vidas. Todos aquellos que están intentando estos días desviar la responsabilidad de la prevención y de la extinción de incendios están promoviendo que las personas que habitan lugares con riesgo extremo de incendios tengan más probabilidad de perder sus viviendas, negocios y sus propias vidas al evitar que el que es competente sea removido de su cargo por su negligencia. Los propagandistas de la equidistancia están promoviendo que se acumule el combustible en los montes para el próximo verano. La pira canicular de 2026 también será suya.
Puede que hayas votado siempre a la derecha porque es lo que dios manda, porque consideres que un hombre y una mujer es la familia natural, porque te dan miedo esos rojos que tu imaginario colectivo te ha descrito como aquellos que quieren expropiarte las tierras o porque la izquierda protege a los okupas y el día que se te metan en la casa ya no habrá manera de sacarlos. Puede que consideres una aberración a las personas trans y que te preocupe mucho el lugar donde pasa las vacaciones Irene Montero. Es lícito, pero eso no cambia que, si vives cerca de una masa arbórea de Castilla y León, Andalucía o Galicia, quien debe cuidar tus montes para que tu casa no salga ardiendo es el presidente autonómico de tu región y cada vez que le votas sin exigirle responsabilidades estés promoviendo que un día tu casa arda.
Para mí es prioritario defender los servicios públicos y por eso mis decisiones políticas están dirigidas a denunciar a quienes los pauperizan y vetar en el voto a cualquiera que toma decisiones en ese sentido. Es mi prioridad, no hay nada por encima de eso. Ya luego defino mis valores en la vida pública a través de otros medios que no sean el voto en lo que respecta a otras decisiones que no concuerdan con aquellos a los que otorgo con mi papeleta la potestad de gestionar las administraciones públicas. Es lícito que tú, votante de derecha, creas que lo prioritario es lo cultural, ir contra lo 'woke' o contra los derechos históricos de los independentistas. Es lícito y respetable, pero acepta que eso implique un mayor riesgo hacia tu vida y tu seguridad de manera concreta. En la sanidad, pero también en el riesgo de que tus propiedades acaben arrasadas por el fuego.
No importa lo que creas al respecto. Lo que importa es que, si vives en Galicia, el que tiene que limpiar la faja de biomasa próxima a tu vivienda es el ayuntamiento con el control de tu comunidad autónoma, y si no lo hace, el día que se produzca un incendio y esa franja esté sucia, tu casa va a arder y te vas a quedar sin nada. Puede que ese día, mientras arde tu casa, o mientras lo haces tú mismo, lo hagas gritando "Pedro Sánchez, hijo de puta", pero ese día la culpa habrá sido también tuya al tomar esas decisiones políticas con tu voto.