Daniel Sancho ha sido el principal protagonista de esta semana. El pasado martes comenzó en el tribunal de la isla de Samui (Tailandia) la primera sesión del juicio contra el español acusado del asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta. La Fiscalía acusa a Sancho de asesinato premeditado, ocultación del cadáver y destrucción de documentación ajena. Ocho meses después de que tuviera lugar el supuesto crimen, Sancho se enfrena a una condena máxima de pena de muerte.

Y tras la primera semana de juicio, donde ya han pasado numerosas personas a declarar y se han producido varias sesiones, se pueden extraer seis claves hasta el momento.

La primera de ellas es el hermetismo. Ninguna cámara ha podido acceder a la sala y la información llega a cuenta gotas, además de que no se ha logrado conseguir ninguna imagen de Daniel Sancho.

La segunda son los grilletes. Daniel Sancho está engrilletado en todo momento y con esas cadenas pregunta a los testigos y presencia el juicio. Por otro lado, se ha podido saber que Sancho se ha cortado el pelo, tiene heridas en el muñecas y tobillos por las cadenas y está más calmado que en los inicios del caso, donde se le veía más nervioso.

Posteriormente, la tercera clave son los padres de Daniel, Silvia Bronchalo y Rodolfo Sancho. Rodolfo ha pedido "respeto" a los medios, mientras que Bronchalo apenas ha realizado declaracaciones, más allá de que ha asegurado que "aquí nadie ha ganado, solo han perdido".

La cuarta clave son los testigos, claves en el juicio. Ha declarado la mujer que encontró los restos de Arrieta en un vertedero, que atendió en exclusiva a laSexta: "Encontré la parte inferior y después encontré la parte de la pierna. Era la parte inferior y sus genitales". También han pasado por el estrado la dueña de la empresa de kayaks con el que Daniel Sancho habría tirado algunos restos al mar y las dependientas de la tienda donde compró los cuchillos.

Los policías de la reconstrucción de Sancho son la quinta clave. Los dos agentes presentes durante la recreación ya han prestado declaración en el tribunal. Fueron los que elaboraron el primer atestado que señalaba a un posible asesinato, una acusación que se ha mantenido.

Y por último, la posibilidad de un acuerdo. La familia de la victima se había mostrado inflexible en todo momento a llegar a un acuerdo, pero su equipo de abogados abre un pequeña puerta. "Si hubiera un acercamiento entre las partes, estaríamos encantados de la valorarla. Buscamos justicia, no venganza", ha explicado Juan Gonzalo Osuna, abogado de la familia Arrieta.