En Navidad, siempre hay quien deja para última hora los preparativos, mientras que otros prefieren tenerlo todo preparado con tiempo. En cualquier caso, estas son las primeras navidades con total normalidad desde que comenzó la pandemia, algo que notan los mercados: "Este año la gente se ha animado tarde, y los pedidos se han retrasado mucho, pero estamos vendiendo a última hora".

Hay incluso quien este sábado se ha puesto el despertador para que le diera tiempo a las últimas compras. Así, la imagen del día es la de colas de gente esperando a hacerse con su menú favorito. Y si se preguntan cuál es el plato estrella de estas navidades, como siempre, depende de cada casa. En algunas "no puede faltar una sopa", mientras que en otras las gambas o el jamón.

Al final, lo de menos es el menú, ya que lo más importante es poder juntarnos con los nuestros después de tres años de restricciones por el coronavirus.

Cenas en restaurantes o 'delivery', otras opciones para celebrar la Navidad

También están aquellos que prefieren ir a mesa puesta donde nos lo den todo hecho, lo que implica que a los empleados del local les toque trabajar en esta fecha tan señalada. Esta noche, en los restaurantes no cogerá un alfiler. En algunos tienen "todo cubierto para Navidad desde octubre o noviembre". Los restaurantes diseñan menús cerrados pero sofisticados para toda la familia, aunque los precios han subido ligeramente por la subida también de los gastos. Sin embargo, defienden que la calidad la mantienen intacta.

Y otra opción más para esta Navidad es la de comer en casa, pero que cocinen otros. En este sentido, cada vez son más las empresas y restaurantes que se dedican al 'delivery'. Las empresas de catering no dan abasto este sábado, con teléfonos que no paran de sonar: "Hemos triplicado numero de reservas con respecto al año anterior". Los platos que ofrecen son variados, para todos los gustos y todos los bolsillos: "Para la gente vulnerable son diez euros".

En un asador argentino hoy sudan la gota gorda. Llevan "20 horas cocinando" para tener todo listo a tiempo y que los clientes recojan sus pedidos de "cochinillos, costillas o codillos", entre otros. Así, se ahorran el estrés de cocinar. "Es más cómodo que te lo preparen y lo pongan en la mesa que ponerse a cocinar un cochinillo que tarda tres horas", señala el dueño del asador.