En las imágenes que acompañan a estas líneas se observa una persecución de película de una narcolancha en aguas del Estrecho. La embarcación intentó huir de la Guardia Civil a toda velocidad durante varios minutos en los que los agentes la persiguieron a más de 100 kilómetros por hora.

Estos hechos sucedieron el pasado viernes frente a la costa de Cádiz. En esta ocasión la Guardia Civil sí pudo alcanzar a los narcos y detenerlos, puesto que viajaban en otra narcolancha incautada en el pasado. Tras alcanzarlos tuvieron que ordenarles en numerosas ocasiones que parasen al grito de "¡para, para, para!"

Sus compañeros siguen la persecución sobre otra embarcación desde la que se muestran optimistas: "Escucha que la van a coger eh, están pegadas, tío...", decían los agentes. A partir de ahí, deben endurecer el tono con un "te doy eh", pero también la velocidad que evita lo que los compañeros vaticinaban: "le va a meter en los motores", pero "no, no le va a meter, se han parado".

Cuando las dos embarcaciones llegan a colocarse a la misma altura, echan el freno, mientras que los agentes piden calma. Desde el otro barco, se escucha un "de puta madre" a modo de celebración.

Los narcos, que parece que ya saben cómo funcionan las detenciones en el mar, empiezan a colocarse en la proa para tumbarse y facilitar que los esposen, pero en ese momento ya iban sin carga. Y aunque la situación parece estar controlada, la tensión continúa siendo palpable en el ambiente. Prueba de ello son las indicaciones que uno de los agentes profiere a los demás: "Venga, saltar uno ya, coño, saltar uno ya..."

La intervención, según fuentes de la Guardia Civil, se produjo en aguas cercanas a la costa de gaditana. Su éxito, además, se vincula a que el Cuerpo se prestó de una lancha que había sido incautada por dedicarse en el pasado al tráfico de drogas. Una embarcación con una velocidad suficiente como para alcanzar a los narcos.