El papa Francisco recordó al bebé británico Charlie Gard, fallecido por una rara enfermedad congénita tras ser desenchufado de las máquinas que lo mantenían vivo, y dijo que reza "por sus padres y por todas las personas que lo amaron".
"Encomiendo el pequeño Charlie al Señor, y rezo por sus padres y por todas las personas que lo amaron", fue el mensaje que el papa publicó en sus distintos perfiles oficiales de Twitter.
El pequeño, de 11 meses, padecía el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo para dar energía a los músculos, hasta que eventualmente sufre una fallo respiratorio total.
La Justicia británica dispuso que fuera trasladado a un centro especializado en cuidados paliativos donde se le ha desconectado de las máquinas que le mantenían con vida, después de una batalla legal llevada adelante por sus padres, que querían llevarlo a Estados Unidos para someterle a una terapia experimental.
El centro pediátrico "Bambino Gesú" de Roma, el llamado "hospital del papa", se ofreció a acoger al niño y "defender" así la vida humana pero el 4 de julio recibió una negativa de las autoridades británicas "por motivos legales", dijo su directora, Mariella Enoc.
El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, monseñor Vincenzo Paglia, llamó, en declaraciones a Radio Vaticano, a "promover una cultura del acompañamiento" y a "decir tres grandes noes: a la eutanasia, al abandono y al ensañamiento terapéutico". Porque, subrayó, "dios no desenchufa".
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