El capitán de la Guardia Civil Salvador Jiménez, uno de los coordinadores del equipo que intentó rescatar con vida al niño Julen en Totalán, Málaga, ha defendido la profesionalidad del operativo tras un informe que culpa a los primeros rescatadores de la muerte del menor.
En declaraciones a los periodistas en Sevilla, donde ha acudido a la entrega de las medallas del Día del Andalucía, Jiménez ha dicho que desconoce el informe de la defensa del dueño de la finca, David Serrano, en el que se afirma que el menor murió tras los golpes que recibió en la cabeza de los rescatadores.
"No sé de qué informe me habla -ha respondido-, pero desde el primer momento que he estado todo se ha hecho con la mejor profesionalidad e ilusión para que Julen estuviese hoy vivo". Jiménez ha defendido "un trabajo que no tenía horas, no había descanso, e incluso -ha desvelado- hubo un caso de un ingeniero que su padre sufrió un infarto y volvió al tajo porque su padre le dijo que era más importante rescatar al niño que estar con él".
"No queríamos dormir, lo que queríamos era llegar a casa y dormir pero encontrando al niño, y lamentablemente nada tenía resultado", ha dicho, y ha añadido, en torno a la labor de los rescatadores, que "la gente ha tenido un desgaste y lejos de manifestarlo allí lo estarán sufriendo ahora".
El capitán de la Guardia Civil ha recordado que fue una de las primeras personas que llegó al lugar del suceso, y desde el primer momento se vio que "entrañaba una gran dificultad, y todas las cuestiones de intento de rescate se hacían con el mejor conocimiento de ciencia y para mantener vivo al niño, en el caso de que estuviera vivo".
Ángel García Vidal, el ingeniero jefe en el rescate del pequeño Julen en Totalán, ha reaccionado al informe presentado por la defensa en el que se acusa a los rescatistas de la muerte del menor en el pozo. "Estaremos a disposición de lo que diga la justicia en cualquier momento", ha apuntado.
La defensa del dueño de la finca culpa de la muerte de Julen a los equipos de rescate
El abogado de David Serrano, dueño de la finca donde el pequeño Julen murió al caer a un pozo en Totalán, ha presentado un informe en el que culpa a los servicios de emergencias de la muerte del menor.
La versión de David Serrano, dueño de la finca de Totalán donde falleció el pequeño Julen al caer por un pozo de más de 100 metros de profundidad, se contradice con la inspección ocular que hizo la Guardia Civil al llegar al lugar, a la que ha accedido diario Sur, y que apunta a que no había rastro de bloques de hormigón cerca de la boca del túnel por donde cayó el menor.
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