Faltar al colegio o instituto para jugar a videojuegos podría ser el sueño de cualquier niño o adolescente actual, pero la situación resulta un tanto distinta cuando se convierte en un trabajo. Este es el caso de Jordan Herzog o Crimz (como se le conoce en Internet), un chico de 16 años estadounidense que, en vez de ir a clase, pasa los días jugando a 'Fortnite' con el objetivo de dedicarse a la competición profesional de 'eSports'.

Su padre, David, decidió sacarle del instituto regional Lincoln-Sudbury cuando tenía 15 años e invirtió cerca de30.000 euros en el mejor equipo informático posible "que el dinero puede comprar", según ha declarado en una entrevista para 'The Boston Globe'. Jordan 'entrena' entre ocho y diez horas diarias, 14 en los días más productivos, y vive pegado a su ordenador.

"Definitivamente estoy motivado para seguir, a pesar de sentirme un poco quemado —ha explicado Jordan al medio—. Si solamente haces una cosa durante un largo periodo de tiempo, durante días, meses, probablemente vas a quemarte".

Él pasa la mayor parte de su día en una habitación que hace las veces de oficina, comedor y, en ocasiones, dormitorio. Tiene los ojos fijos en la pantalla, controlando cada movimiento del personaje virtual con el que se mueve por los mundos de 'Fortnite'. El juego consiste en lograr que el avatar sobreviva en una batalla contra hasta 100 jugadores más, consiguiendo diferentes armas, construyendo fuertes para protegerse y acabando con el resto de jugadores.

Para ganar se necesita una buena estrategia, conocer los escenarios del juego y saber usar bien los controles; requiere bastante concentración. Por eso Jordan mantiene una estricta rutina de 'entrenamiento'. Tras despertarse, sobre mediodía, dedica unas tres o cuatro horas a trabajos de clase 'online', como lecciones de Biología o Estadística. Después, sobre las cuatro de la tarde, entra a 'Fortnite' y 'calienta' durante una hora. Una vez ha hecho esto, comienza su 'jornada de trabajo', de entre ocho y diez horas. Cuando termina, se va a la cama. Todos los días son iguales.

Jordan come y cena frente a su ordenador, mientras su familia lo hace reunida frente a la televisión. Apenas tiene amigos, los únicos con los que se relaciona pertenecen al mundo 'online' de 'Fortnite', y carece de aficiones más allá de los videojuegos. "Los amigos vienen y van pero ésta puede ser mi carrera y todo mi futuro", asegura el adolescente.

Su objetivo es "ganar el suficiente dinero para no tener que trabajar" durante la mayor parte de su vida, y David, su padre, lo apoya incondicionalmente. De hecho, este equipara la rutina de su hijo a la de un deportista de élite y, a pesar de ser consciente de que su hijo va a perderse "las interacciones sociales", cree que debe ser así. "Se encuentra en un gran momento que debemos aprovechar", ha afirmado.

La primera vez que Jordan jugó a un videojuego tenía tres años, y para los siete ya era excelente en 'Halo', destinado a personas más mayores. Cuando a los 12 ganó su primera competición de 'eSports', a su padre David "se le encendió una bombilla". Empezó a comprar el mejor equipo para su hijo, llegando a gastar 30.000 dólares, y elaboró la rutina de entrenamiento.

No obstante, no son pocos los que se han posicionado en contra de esta decisión. "Como son videojuegos, es maltrato infantil", ha protestado David en relación a las críticas. A quienes ven como perjudicial la rutina que sigue el adolescente, ha respondido: "Yo creo que es terrible que dejes a tu hijo jugar a fútbol". Pero también han mostrado su rechazo a esta decisión varios profesores, ante los que ha defendido siempre que Jordan "aprende más de los videojuegos que de los libros".

Hace unos meses, la madre del joven, que en un primer momento se opuso a que este dejase el instituto, propuso a su hijo jugar un partido de tenis. Pero este nunca pudo disputarse ya que David prohibió al adolescente practicar deporte. "No lo voy a permitir —ha explicado—. Podría hacerse daño, caerse, lesionarse la muñeca".

Desde que dejó el instituto, Jordan ha conseguido 60.000 dólares en competiciones de 'Fortnite', pero se encuentra muy lejos de los primeros puestos del ranking: es el 20.600 del mundo. Solamente llegar a las primeras posiciones le permitiría cumplir su sueño de "no tener que trabajar" más. Hasta entonces, entrena bajo la atenta mirada de su padre, quien dice "haberle criado para esto", para hacerse millonario con los 'e-games'.