Dillon Reeves es un niño de tan solo 13 años que ha evitado una desgracia en Warren (Míchigan, Estados Unidos). Todo ocurrió cuando el niño impidió que el autobús escolar en el que viajaba tuviera un accidente después de que la conductora se desmayara.
Tras percatarse de que la conductora había sufrido un desmayo, este estudiante de secundaria no se lo pensó dos veces y se hizo con el control del volante. Su familia todavía no sale del asombro. "Le preguntamos: '¿Dónde aprendiste a hacerlo? ¿Cómo aprendiste a conducir un autobús?'. Él respondió que había visto todos los días cómo se hacía", ha señalado la madre de Dillon.
Calor, somnolencia, dificultad en la visión... La conductora ya había mostrado signos de indisposición minutos antes de lo sucedido. Gracias a la valentía de Dillon no hay que lamentar daños. Los otros 65 compañeros que viajaban con él salieron ilesos. El menor ya se ha convertido en toda una estrella en las redes sociales y será premiado por el departamento de Policía.
Roberto Livernois, el director del colegio, ha contado que el niño, tal cómo muestra el video que captó la cámara de vigilancia, "saltó de su asiento, tiró la mochila, corrió hacia el frente, agarró el volante y detuvo el autobús".