La gestación subrogadaha sido una cuestión controvertida desde siempre, tanto que la recientemente aprobada Ley del Aborto considera esta práctica un tipo de violencia contra las mujeres y prohíbe la publicidad de las agencias intermediarias que trabajen en este campo. Y aunque una de reivindicaciones de muchos sectores es acabar con esta práctica, es habitual conocer casos nuevos cada cierto tiempo. El más reciente (y conocido) es el de Ana Obregón, que con 68 años ha tenido una hija por vientre de alquiler en una clínica de Miami (Estados Unidos), tal y como ha publicado en exclusiva la revista '¡Hola!'.

En este tipo de situaciones, de manera paralela a las críticas es común escuchar diferentes términos, gestación subrogada y vientre de alquiler, utilizados en diferentes contextos. ¿Pero son lo mismo? Lo cierto es que la legislación se refiere a esta práctica como "gestación por subrogación o sustitución", práctica que es considerada "contrato nulo de pleno derecho". En todo caso, la legislación habla en estos términos, mientras que los principales movimientos contrarios a esta práctica prefieren utilizar la expresión 'vientre de alquiler', porque "llamarlo gestación subrogada es un eufemismo", explicaba a 'El Mundo' hace unos años Alicia Díaz, integrante del colectivo Nosotras. "Lo que hay es el deseo individual de ciertos colectivos, como el gay y cierto famoseo, que venden una imagen idílica de los vientres de alquiler cuando lo que hay detrás es una mujer vulnerable", aseguraba.

Son muchos los casos de activistas en contra de esta práctica que coinciden en esta postura: "Hay que llamar a las cosas por su nombre", escribe Vanessa R. Algaba, concejala de Unides Podem en el Ayuntamiento de Alicante. "'Gestación subrogada' es un eufemismo para denominar la compra de bebés, que personas con cierto nivel adquisitivo puedan comprarse un hijo explotando a mujeres y sus capacidades reproductivas".

Desde el otro lado, también son conscientes de que el uso de un término u otro importa, "por el valor emocional" que aporta, en palabras de una de las clínicas que trabaja en este campo en Madrid. Desde su punto de vista, esto no es más que "una técnica de reproducción asistida", aunque "la más compleja", y en ningún caso "un acto comercial ni por supuesto el alquiler de una parte del cuerpo". Desde esta agencia en cuestión critican el uso "erróneo" de términos como maternidad subrogada, útero subrogado o madre o vientre de alquiler, aludiendo a la "confusión" entre lo médico y lo comercial.

Una práctica abusiva que "vulnera" los derechos humanos

Hace algo menos de un año, una sentencia del Tribunal Supremo incidía en que los vientres de alquiler vulneran los derechos de las madres gestantes y de los niños, que son "tratados como simples mercancías". El alto tribunal insistía entonces en que este tipo de contratos "entrañan un daño al interés superior del menor y una explotación de la mujer que son inaceptables" y vulneran los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución y en los convenios internacionales sobre derechos humanos, por lo que "son por tanto manifiestamente contrarios a nuestro orden público".

"Ambos son tratados como meros objetos, no como personas dotadas de la dignidad propia de su condición de seres humanos y de los derechos fundamentales inherentes a esa dignidad", expone el Supremo.