Una madre, de 27 años, llevó a su hija de cuatro años al hospital Fleming de Mendoza, en Argentina, porque tenía fiebre. Como pruebas para descartar infecciones le pidieron un análisis de orina y al obtener los resultados comprobaron que había espermatozoides.

Este hallazgo comprobaba que la niña había sido abusada sexualmente con anterioridad. La pediatra que le atendió denunció el caso y se abrió una investigación.

Fue precisamente la profesional que descubrió los hechos la que denunció lo ocurrido y el fiscal Gustavo Del Giusti entonces pidió la detención de un familiar cercano, según ha informado el diario el Clarín, aunque su identidad no se ha hecho pública para preservar la intimidad de la menor.