La única vacuna a largo plazo contra la LGTBIfobia es educar en diversidad, ofrecer una educación transversal en materia de igualdad. "Además, hay que continuar con esa pedagogía a lo largo de todo el Bachillerato y la etapa educativa en general", añade José Vela, técnico de COGAM.

Solo así, insisten, se minimizaría cualquier tipo de violencia hacia el colectivo LGTBI. "Es vital fomentar el respeto, fomentar la inclusión y acabar erradicando, o rebajar, las agresiones que están ocurriendo", apunta Alberto Alba, coordinador de Educación de FELGTB.

De hecho, los delitos de odio en España siguen creciendo: un 9,3% en el primer semestre de este año, hasta llegar a los 610. La mayoría, por racismo, ideología, orientación sexual o identidad de género.

"Me dijeron que me iban a matar ahí mismo", explicaba Jaime Poniente, víctima de una agresión hómofoba. "Tuve agresiones físicas diarias, para mí ir al colegio era ir al matadero", contaba Lucas Sánchez, víctima de transfobia en las aulas.

Esto que sentía Lucas se replicaba en otros muchos alumnos porque el 60% de las personas trans de entre 16 y 24 años asegura haber sido víctima de transfobia.

"Nosotros, en nuestro servicio de SOS LGTBIfobia, hemos multiplicado por cuatro el número que atenciones que realizamos desde 2016", alerta Raúl García, miembro de COGAM.

Por eso, es importante, dicen colectivos LGTBI, redundar en la importancia que tiene la educación. "La principal causa de acoso en las aulas siempre va a ser la LGTBIfobia y los prejuicios relacionados con el género", denuncia Vela. Y junto a ella, recuerdan, que haya leyes, aunque matizan: que se cumplan.