El alegato de una madre guatemalteca ha sobrecogido al Congreso de los Estados Unidos. "Me quitaron un pedacito de mi corazón, me arrancaron el alma", ha declarado rota por la emoción.

Su pequeña Marie murió tras enfermar en el centro de detención de migrantes en el que se encontraba. "Es un lugar terrible y no es un lugar adecuado para tener a niños encerrados como si fueran animales", ha alegado la madre.

Yasmín denuncia la insalubridad de las llamadas 'perreras para migrantes' en las que, como han constatado fiscales estadounidenses, no se respetan los derechos humanos más básicos.

Yasmín pide al Congreso, a Trump y al mundo entero que, al menos, no dejen morir a más niños. El presidente Trump, férreo en su tolerancia cero con los migrantes, tendrá que hacer frente a una demanda de la propia Yasmín, que ha llevado a la comisión judicial que investiga las actuales políticas migratorias hasta al yerno del presidente.