Han pasado casi tres meses desde que Anna y Olivia fueron desaparecieron en Tenerife a manos de su padre Tomás Gimeno. Solo el cuerpo de Olivia, la mayor, de seis años, fue rescatado sin vida de las profundidades del mar.

La intensa búsqueda por las aguas de la isla no ha servido, hasta ahora, para dar con los restos de Anna, ni con los del presunto asesino. Pero la familia no quiere que el caso caiga en el olvido y todavía se siguen revelando detalles de lo sucedido.

Ha sido Joaquín Amills, el portavoz de Beatriz, la madre de las pequeñas, el que ha explicado en una entrevista con 'Almería Hoy'cuál fue el "último recuerdo" que el hombre dejó a la madre.

"Hizo que la pequeña Olivia grabara un audio encargando a su madre recoger unos cuadros. Tomás Gimeno envió a Beatriz un último recuerdo. Una maldad propia de un ser depravado. En ese momento asesinó a sus dos hijas", ha explicado el también presidente de SOS Desaparecidos.

En su entrevista, también ha puesto en valor la paz y la entereza con la que Beatriz ha afrontado lo ocurrido, siempre "agradecida" con los cuerpos y fuerzas de seguridad, con la tripulación del buque que as buscó y con los medios de comunicación por su labor. "Creo que a ese estado de paz del que le hablo ha contribuido, sin lugar a dudas, la certeza de que el sujeto capaz de perpetrar un crimen tan execrable está muerto", ha añadido.

Del mismo modo ha explicado por qué la familia, en un primer momento,habló de Gimeno como un "buen padre", y alega que fue todo una cuestión de estrategia, porque cuando no sabían si seguiría vivo, debían de "apelar al corazón" y, por la contra, "evitar revelar lo sinvergüenza que era". De hecho, la madre llegó a publicar una carta dirigiéndose a él en la que se leía: "Sé que las quieres más que a ti mismo. Sé que jamás les harías daño".

Así relata los hechos el portavoz de la familia

Amills también ha hecho un relato de los hechos, reconstruyendo lo que la familia cree, por toda la investigación, que ocurrió aquel día. "Él nunca actuó por impulso ni por un brote psicótico sin tener la conciencia clara. Lo tenía absolutamente todo premeditado", asegura el portavoz.

Así explica que Tomás dejó esa tarde a Olivia en clase de tenis y a Anna con los abuelos para ir al puerto para comprobar que todo funcionaba según lo previsto, que después las recogió y las asesinó en su casa para después meterlas en unas bolsas y trasladarlas al barco. Allí, utilizando unos lastres, las arrojó al mar.

Cuando supo que la madre y la Guardia Civil le estaba buscando, porque las niñas no habían vuelto a casa, explica Amills, fue cuando habría decidido suicidarse, según lo que explica en la entrevista. "Su ego no le permitía que la sociedad le señalara como un asesino", considera el portavoz.