De la rocambolesca historia de los Barnett y su hija adoptiva Natalia Grace se han hecho eco medios de todo el mundo. Este matrimonio de Indiana (EEUU) está imputado por el abandono de su hija, que padece un trastorno del desarrollo óseo que le provoca enanismo. Los padres, según las autoridades, habrían modificado su edad de 11 a 22 años en sus documentos oficiales para mudarse a Canadá, dejándola atrás.

Sin embargo, la versión de Kristine Barnett es incluso más siniestra y guarda inquietantes similitudes con la película 'La Huérfana': ella sostiene que su hija adoptiva es en realidad una mujer adulta haciéndose pasar por una niña y la acusa de ser una psicópata que intentó matarla, echando lejía en su café o empujándola contra una valla electrificada, según afirmó en declaraciones al británico 'Daily Mail'.

Aunque se desconocen cómo lograron los Barnett cambiar su edad en el registro, los documentos judiciales apuntan a que sometieron a la niña, de origen ucraniano, a diversos exámenes médicos para determinar su edad.

Uno de ellos, de 2010, estimó que tenía ocho años, mientras que en 2012, otro doctor determinó que tendría unos 11, según 'The Washington Post'. A estos informes se sumaría un tercer documento médico, cuyo contenido defiende la madre, que sostiene que la niña era en realidad una mujer adulta, pero cuya autenticidad el centro sanitario en cuestión no ha confirmado.

Al de por sí complicado caso se suma el relato del padre, Michael Barnett, hoy divorciado de Kristine. Este admitió ante la Policía, también según el citado medio estadounidense, que Natalia en realidad era menor cuando cambiaron su edad en los registros y la dejaron sola en un piso que alquilaron para ella en Lafayette (Indiana). Además, reconoció que su ahora exmujer ordenó a Natalia que, si alguien le preguntaba, dijera que tenía 22 años pero "parecía más joven".

Un genio de la Física y un libro publicado

Mientras los Barnett se enfrentan a cargos criminales por negligencia, su surrealista historia se ha vuelto viral en los últimos días. Pero, curiosamente, esta familia ya era célebre mucho antes de que saliera a la luz el caso de Natalia Grace, gracias a otro de sus hijos: Jake.

Bautizado por los medios como "niño prodigio" o incluso "el Einstein adolescente", a Jake Barnett le diagnosticaron autismo a los dos años. Los médicos advirtieron a sus padres de que quizá nunca podría hablar siquiera, pero con solo ocho años ya estudiaba en la universidad. Con 14, cursaba un máster en Física Cuántica y ya había escrito artículos científicos sobre esta materia.

Numerosos medios estadounidenses e internacionales se hicieron eco de la historia del joven genio y Kristine incluso escribió un libro sobre su experiencia, titulado 'La Chispa: Un relato materno sobre educación, genialidad y autismo'. Pero, mientras el increíble intelecto de Jake adquiría notoriedad pública (incluso se habló de que habría una película inspirada en su caso) ningún medio hizo particular mención a la existencia de su hermana Natalia, a quien los Barnett adoptaron en 2010.

Algo más de dos años después, en 2013, los Barnett la habrían abandonado cuando se trasladaron a Canadá con Jake y sus otros hijos para que este prosiguiera allí sus estudios, el mismo año en que se publicó el libro de Kristine.

El libro que Kristine Barnett escribió sobre su hijo Jake

Fue en 2014 cuando la Policía, según medios estadounidenses, habló con Natalia Grace, que dijo no haber visto a sus padres adoptivos desde hacía un año. De ahí la denuncia por abandono de la menor y las versiones enfrentadas de ambos progenitores al respecto.