Los menores de 13 y 15 años que, presuntamente, acabaron con la vida de su madre en la cocina de su casa de Castro-Urdiales estarían aislados socialmente, según cuentan sus vecinos. Hablan de peleas constantes e incluso agresiones. "A mi hija alguna compañera le ha comentado que les han visto moratones. El chaval le había comentado a algún compañero que su madre le iba a matar. Estaban como pidiendo auxilio al colegio, pero...", sostiene una vecina.

El hombre de la casa de al lado de la familia escuchaba gritos hasta que se iban al instituto, cuenta a laSexta. "Mi mujer le llamó la atención a Silvia por todos los chillidos que oímos continuamente. Con ese estado no se pueden ir al colegio normales", sostiene. El ministro del Interior asegura que no constan denuncias previas de violencia doméstica. Tampoco hay abierto ningún expediente de inspección educativa, ha señalado recientemente. Todavía no está confirmado si los menores sufrían o no maltrato en casa. Ahora son las autoridades los que tienen que realizar un diagnóstico que determine si los menores pueden tener algún trauma por maltrato.

El director técnico de la Fundación Anar, Agustín Ballesteros, sostiene que los menores pueden haber mostrado estados anímicos bajos. Por su parte, el psicólogo Abel Domínguez señala que los efectos suelen ser reversibles con educadores sociales o los propios maestros. El hermano mayor se enfrenta a seis meses de internamiento hasta que sea el juicio. Mientras, el pequeño, inimputable, está en un centro de protección de menores de Santander a la espera de saber quién asume su tutela.