Se llama Stavros Meletlidis y aunque es griego su corazón está con los palmeros. Fue el hombre del Instituto Geográfico Nacional que estaba al frente de la red de alerta en La Palma cuando todos sus datos señalaron un punto y un desenlace: erupción del volcán en Cumbre Vieja.

Ahora analiza los datos en busca de pequeños cambios que determinen cuál será la evolución del volcán. ¿Cuándo parará la erupción volcánica en La Palma?. Esta séptima semana de erupción volcánica es clave, explica, ya que por fin se están sucediendo varios cambios que permiten profundizar sobre el comportamiento del volcán y ver hasta dónde puede llegar. "Podríamos tener ya algunos indicadores que dan señal de que el volcán de Cumbre Vieja está comenzando a estabilizarse", avanza.

Hay tres factores clave que hay que observar para poder hablar de una cierta estabilización del sistema:

Por un lado, según los últimos datos, ha disminuido la cantidad de dióxido de azufre que el volcán está emitiendo a la atmósfera. Si bien continúa habiendo una "gran cantidad" de SO2, lleva siete días en descenso en cuanto a la magnitud de toneladas y ya está por debajo de las 5.000 diarias.

En lo que se refiere a la sismicidad, otro de los factores clave, se está observando que son menos energéticos aunque se mantienen en cantidad y magnitudes importantes. Este fin de semana se ha llegado a registrar el de mayor magnitud (5,0) desde el inicio de la erupción. Este lunes se contabilizaron un total de 185 terremotos. El de mayor magnitud de las últimas horas fue de 4,6 a 36 km y IV. Este martes por la mañana se han registrado más de 30, aunque no supera ninguno la magnitud de 3,6.

En cuanto a las deformaciones registradas por el empuje del magma en la corteza de la isla, los últimos datos apuntan a que después de reducirse se mantiene estable, llegando incluso a ser menor de 12 centímetros en la estación de Jedey (LP03). Un dato relevante ya que esta estación llegó marcar en algunos momentos puntuales valores de deformación de casi 28 centímetros.

Lo importante no es saber cuándo va a parar el volcán sino saber qué va a pasar hasta que pare

Con todos estos datos, esta posible estabilización sería una buena señal, porque el volcán comenzaría a realizar menos emisiones, explica a laSexta el geólogo Nahum Méndez, y de ahí "lo siguiente sería hablar de una fase final, aunque aún es pronto".

Y es que para el experto Stavros Meletlidis es más importante este proceso que marcar una fecha de final. "Lo importante no es saber cuándo va a parar el volcán sino saber qué va a pasar hasta que pare", concluye apuntando a que aunque sería deseable que no llegara a las Navidades, por su terrible poder de destrucción, lo cierto es que aún no se puede concretar un final.