La fiscal Elena María Fernández, que acusa por un delito de asesinato y dos de lesiones psíquicas a Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte de Gabriel Cruz, ha asegurado que el pequeño "no tuvo opción de salir con vida" de la finca de Rodalquilar, en la que murió.
"Con claro ánimo de ocasionarle la muerte, de modo deliberado, consciente, a sangre fría y con absoluto desprecio a la vida", Ana Julia le dio "muerte de una forma tan repentina, inmediata e impredecible que anuló toda capacidad de reacción de este niño", ha sostenido la fiscal durante su intervención ante el jurado popular.
Ha añadido que Gabriel no podía esperar "de ninguna manera un ataque que procede de una persona que es pareja de su padre", que había generado "confianza" en él por pertenecer a su entorno familiar.
La fiscal ha defendido que "más allá de este ataque" que pilló "desprevenido" al menor, Ana Julia aprovechó la absoluta "situación de desamparo y desvalimiento" propia de un niño de "8 años que pesaba 34 kilos", por el "desequilibrio de fuerzas" entre ambos que le dio una "mayor facilidad para cometer el delito y asegurar el resultado de muerte".
Asimismo, se ha referido al daño provocado a los padres del menor, Ángel Cruz y Patricia Ramírez, por su actitud durante la búsqueda de Gabriel, dándoles esperanzas durante la misma.
Las lágrimas de Ana Julia en el juicio
A pesar de su llegada firme y decidida a la Audiencia Provincial de Almería, Ana Julia Quezada no ha podido evitar echarse a llorar una vez dentro de la sala. Ha sido cuando la magistrada ha llamado al jurado.
Quezada se ha roto durante unos segundos, mientras sus abogados han intentado tranquilizarla y darle ánimos. El tribunal, además, ha autorizado que permanezca sin esposas en la sala.
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