Disfrazados de heteros

El espejo de una realidad silenciada: así ha respondido la calle a la campaña de laSexta 'Disfrazarse de hetero'

Una respuesta inmediata Personas que nunca habían contado su historia, hablaron con sinceridad. En la peluquería, en el trabajo, en el pueblo o de camino al metro: muchos compartieron, por primera vez, que también se han disfrazado de hetero para protegerse. La calle no solo respondió: se reconoció.

Disfrazarse de heteros por miedo a insultos y agresiones: la realidad del colectivo LGBTBIQ+ en situaciones de la vida cotidiana.
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Hay campañas que remueven, que hacen pensar, que incomodan... Y por eso son necesarias. 'Disfrazarse de hetero' nació con temor, pero con la convicción de que había que decirlo: muchas personas LGTBIQ+ aún viven escondidas. Se camuflan, se contienen, se disfrazan. No por elección, sino por miedo.

Esta campaña —comentada en redes sociales, compartida por miles y debatida incluso en el Congreso— recoge los testimonios de personas que se han sentido obligadas a reprimir su identidad para poder encajar. Voces reales, valientes y dolorosas.

"He visto gente que se tiene que disfrazar en el deporte, me parece terrible", cuenta una persona joven. "La gente de mi edad, y hasta más jóvenes, han tenido que vivir escondidos la mitad de su vida", añade otra. En el ámbito laboral, el miedo persiste: "Soy ingeniero y me da respeto decir mi orientación sexual. A diario siento que tengo que esconderme". En el entorno urbano: "Cuando voy a la peluquería me quito los pendientes, intento sentarme con las piernas abiertas. Me da miedo que me miren mal".

La campaña no se anda con rodeos. El título, 'Disfrazarse de hetero', es provocador, sí. Pero también profundamente cierto. Es una realidad que, aunque incomode, forma parte de la vida cotidiana de muchas personas que no se sienten seguras siendo ellas mismas.

Desde su lanzamiento, la repercusión ha sido enorme. Decenas de miles de visualizaciones, comentarios de apoyo, mensajes de personas que, al ver los vídeos, se han atrevido a contar por primera vez sus propias experiencias. Aunque, como siempre, también han aparecido mensajes cargados de odio, escondidos tras el anonimato.

También hay quienes han tenido que ocultarse en sus propios pueblos o familias, donde el rechazo no solo es social, sino íntimo. "A nivel familiar he tenido que ocultar cosas", confiesa un joven. "Dos mujeres mayores que quieren ir de la mano acaban moviendo al ridículo, y todavía más a la burla", denuncia otra. Un hombre mayor lo resume con una frase que duele: "Ver cómo todavía hoy sienten rechazo es muy duro. A esa edad, nadie debería seguir disfrazándose".

'Disfrazarse de hetero' ha servido para recordar que, aunque hemos avanzado, no todas las personas LGTBIQ+ pueden vivir con libertad. A veces, el miedo pesa más que la visibilidad. Por eso esta campaña. Por eso este trabajo.

Para que la gente joven crezca sabiendo que no está sola. Para que vivir con orgullo no sea un privilegio, sino un derecho. Para que nadie tenga que disfrazarse nunca más. Puedes ver todos los testimonios en lasexta.com, donde esta campaña sigue generando conversación, reflexión y, sobre todo, verdad.