Raimundo, propietario de una juguetería tradicional en el madrileño barrio de Las Letras, espera salvar el año gracias a la campaña de Reyes. Su pequeña tienda sobrevivió a 2020 en parte gracias a la fidelidad de los clientes. "Gente que nos llamaba y que nos decían que aunque no lo necesitaran nos iban a pedir algo", explica.
Ahora, esos mismos clientes vuelven porque los Reyes Magos se acercan. Eso sí, la crisis económica derivada de la pandemia puede obligarles a ser menos generosos que otros años.
"Este año los Reyes Magos tienen que seguir el ejemplo de todos y ajustarse un poco el cinturón", destaca una mujer mientras que otra señala que "hay que adaptarse a la situación económica de cada familia".
A este tirón navideño de última hora se aferra el sector. El mes de diciembre representa el 50% de las ventas de todo el año. "Al término de noviembre el mercado español acumulaba un descenso del 9%", detalla José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes.
España exporta más de un tercio de los juguetes que fabrica, pero los cierres fronterizos también han frenado esta vía, a pesar de que el sector ha crecido a nivel mundial por la pandemia. Pastor indica que "las restricciones comerciales han afectado, de forma que aunque hubiese esta necesidad no se ha podido materializar".
Porque los juguetes, sobre todo los de entretenerse en casa, se han convertido en esenciales para los niños y para toda la familia durante los meses de confinamiento. "Muchas familias se han dado cuenta de que tenían viejos juegos y se han puesto a jugar", resalta Raimundo Nieves, que asegura que el confinamiento ha sido "motivo de reencuentro". Muchas cartas a los Reyes Magos seguro que incluyen los juegos de mesa y es que si con algo no podrá acabar jamás el COVID-19, es con la ilusión de millones de niños.