En células cultivas, los expertos detectaron un receptor del nervio trigémino que estaba presente en las células tumorales de pacientes con cáncer de mama y que se activaba con esta molécula.
De esta forma, los investigadores activaron este receptor con la capsaicina durante varias horas o días, comprobando que las células cancerosas se dividían más lentamente y morían y que las que sobrevivían no eran capaces de propagarse tan rápidamente, lo que impedía la metástasis.
"Si pudiéramos activar el receptor TRPV1 con medicamentos específicos, sería un nuevo enfoque de tratamiento para este tipo de cáncer. Ahora bien, una ingesta a través de alimentos o inhalación es insuficiente para este propósito", han recalcado los investigadores.