Una pareja de jubilados alemanes volvían de pasar unas tranquilas vacaciones en Cerdeña cuando de repente un día, tras dormirse en una tumbona del crucero en el que viajaban, Ernst se despertó y su mujer Imelda había desaparecido. El marido inmediatamente denunció su desaparición.

Dos meses más tarde, el cadáver de su esposa apareció en un eje de ventilación del buque. Ahora, el alemán ha criticado que la tripulación no realizó una búsqueda adecuada en el barco y que su esposa podría seguir viva si lo hubieran hecho, según explica el diario Mirror.

El hombre de 74 años reconoció que su mujer podría haber perdido el sentido de la orientación y entrar en la sala de máquinas pero que ''ella no debería haber sido capaz de entrar en el área de la sala de máquinas, debería haber sido cortado''. En el momento de su desaparición, la gente se preguntó si podría haber caído por la borda o ser víctima de un crimen.

Los resultados de la autopsia revelan que Imelda murió la noche después de su desaparición y no encontraron signos de violencia.