Nunca una caja de galletas había sonado tan dulce. Y tampoco una lata de aceite había hecho tanto por la inclusión. Dos objetos que, junto a otros, tuvieron un día la suerte de alargar su vida útil al convertirse en instrumentos de música y formar parte de una orquesta muy especial.

Con ellos, y con la implicación de mucha gente, incluyendo profesores y luthier, nació La Música del Reciclaje, una formación de niños y niñas en riesgo de exclusión social que lleva siete años tocando con instrumentos reciclados.

Un proyecto que, al igual que sus miembros, no ha dejado de crecer: han aprendido a tocar un instrumento, han dado conciertos... Empezaron siendo niños con obstáculos sociales, económicos o familiares y ahora son jóvenes que han encontrado una segunda oportunidad gracias a la música. Además, se han convertido en protagonistas de un libro.

La Música del Reciclaje lleva las historias de cuatro de sus miembros a una colección de cuatro libros que narran la historia de la orquesta. 'Biografías por escribir' [así se llama la colección, disponible en Paripe Books y librerías] es la continuación de este proyecto social liderado por Ecoembes.

Una orquesta con tres propósitos: el reciclaje, la música y la superación personal

Son las historias de Cristina, Andriy, Vanesa y Luis Miguel, ejemplos de cómo una segunda oportunidad puede abrir el camino de jóvenes con más dificultades que otros: "Hay quien nace con el camino despejado y hay quien nace con un montón de obstáculos por delante; a ellos y a ellas les tocó este panorama", apuntó su autor, Nacho Carretero, en la jornada de presentación de los libros.

Una ocasión en la que una vez más demostraron cómo dominan ya sus instrumentos. Tanto, que algunos ya están dando clases a los más pequeños, como Cristina o Luismi, o han entrado en el conservatorio de música, como Andriy, violinista en la formación.

Este joven, de 12 años, nació en España pero es hijo de inmigrantes ucranianos y ha vivido con su familia las dificultades de la inmigración. Llegó hace cuatro años a la orquesta y hoy demuestra un gran talento con el violín, aunque lo más importante para él es la experiencia vivida: "No tenemos el nivel de las mejores orquestas del mundo, pero lo disfrutamos y tenemos ganas de tocar".

Son la prueba de que La Música del Reciclaje ha cumplido su cometido, que era el de aunar tres pilares: reciclaje, música y superación personal.

Otra muestra de ello es Vanesa (20 años), que cuenta su evolución con su chelo en mano, fabricado con latas de refrescos: "Era una niña muy apagada y, gracias a la música, pude salir de eso".

Los beneficios por la venta de los libros-libreta (con páginas en blanco, igual que la de sus vidas que aún no están escritas) irán destinados al proyecto, en el que actualmente participan seis centros.

La batuta de esta orquesta la lleva Víctor Gil, otra figura imprescindible del éxito de la formación. Gil ya conocía la experiencia a través de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura (Paraguay), que sirvió de inspiración para la Música del Reciclaje. Con entusiasmo y un especial cariño resume la evolución de sus alumnos: "Todos ellos están encontrando caminos y están desarrollándose como profes, músicos...".

Este jueves 23 de diciembre en Madrid, su próxima actuación

Camino de convertirse en una tradición, la orquesta dará su concierto de fin de año, que en esta ocasión tendrá lugar el próximo 23 de diciembre a las 20h en el auditorio Joaquín Rodrigo de Las Rozas (Madrid).

Este concierto contará también con la participación del Coro Gospel de Madrid y de las bailarinas de la Escuela Municipal de Danza Pilar López, además de otros artistas invitados. Una ocasión ideal para contemplar lo bien que suenan las segundas oportunidades.