Por ahora, seguiremos haciéndolo
¿Cuándo toca cambiar la hora al horario de invierno?
Cada año, miles de españoles se 'pierden' en los cambios de horario. Sabemos que cuando se acaba el verano, nos toca otra vez regresar al horario de invierno, ¿pero cuándo es exactamente?

En cuanto termina el verano, los españoles empezamos a ponernos nerviosos ante la inminente pérdida de luz natural. Aunque lo cierto es que el momento en el que esto ocurre es, más bien, el regreso de las vacaciones, la vuelta a las rutinas. Si ésta, además, está ligada a una bajada de temperaturas, se dibuja el escenario perfecto para empezar a lamentarnos por lo que viene. Porque sí, llevamos toda la vida cambiando las agujas de los relojes dos veces al año, pero seguimos sin acostumbrarnos a la obligación de 'perder' horas de luz por la tarde cuando el final del año se acerca.
Y en septiembre, empiezan las dudas. ¿Cuándo es el fatídico día en el que las 3:00h de la madrugada serán las 2:00h? Esa noche dormimos (o salimos, o trabajamos) una hora más, a diferencia de lo que ocurre en el cambio de hora de verano. Lo primero que tenemos que recordar, en este punto, es que el verano no termina hasta finales de septiembre, concretamente este lunes, 22 de septiembre, despedimos la estación más calurosa del año para dar la bienvenida al otoño. Y el cambio de hora siempre tiene lugar en torno a un mes después de que esto ocurra.
En 2025, el cambio de hora al horario de invierno tiene lugar la madrugada del 25 al 26 de octubre, de sábado a domingo, un momento en el que, a priori, tiene menos repercusiones el hecho de retrasar las agujas del reloj.
La mayor parte de los relojes que utilizamos a día de hoy son digitales y están conectados a Internet, por lo que en términos generales, apenas lo notamos —en este nivel, no a nivel físico, que sí tiene consecuencias—. En el caso de tener relojes de aguja o no conectados a la red, como suelen ser los relojes de muchos coches o los de electrodomésticos, como el horno, sí que es necesario modificar manualmente la hora para actualizarla.
El cambio de hora de invierno, mejor para la adaptación
El cambio al horario de invierno nos permite dormir una hora más a lo largo de esta noche; al menos a los que están durmiendo y, principalmente, a los adultos. Porque los niños no suelen 'relacionar' este cambio de hora con sus biorritmos: es por eso que, especialmente en el caso de bebés, se recomienda ir cambiando la hora de acostarse unos días antes, retrasándola (en el caso del cambio al horario de invierno) unos minutos cada día, hasta más o menos llegar a esa hora y así, el día que se cambie el horario, se esté acostando una hora más tarde. Lo que no siempre se consigue es que se levanten una hora después.
En términos generales, no obstante, el cambio al horario de invierno tiene una mejor adaptación que el de verano y es, también en términos generales, mejor para conciliar el sueño. Aunque en España están muy marcadas las diferencias a nivel geográfico: cuanto más al este, más tarde amanece (y más tarde anochece, por lo tanto): por eso con el horario de invierno, los gallegos se suelen despertar de noche pero, además, han de esperar varias horas hasta que salga el sol. En el otro lado de la balanza están los baleares, que ven el amanecer más temprano, por lo que les beneficia más este horario.