La mayoría de la población española (65%) quiere terminar con el cambio de hora, pero hasta el 70,9% prefiere el llamado horario de verano al horario de invierno, según una encuesta del CIS del pasado abril.Sin embargo, el cambio que realizaremos esta noche (a las 3h serán las 2h), es mucho mejor para dormir y para el sueño.
La clave está en levantarse con luz solar -y no de noche- y que sea ya de noche en las horas previas al sueño. Esto es, para nuestro descanso es mejor que sea de noche horas antes de acostarnos para que la melatonina (la hormona del sueño) pueda sintetizarse.
"Por un lado, necesitamos ponernos en marcha durante el día, a primera hora de la mañana, recibiendo una luz intensa y por otro lado, necesitamos no tener esta luz durante las horas no sólo del sueño sino de preparación al sueño, es decir, que más o menos a partir de las 20.30h no deberíamos recibir luz o luz intensa", explica a laSexta.com la Dra. María José Martínez, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES).
Con lo cual, "si pensamos en el horario de verano, en algunos momentos (por ejemplo, en los meses de julio y agosto) pasamos de las 22h de la noche y aún seguimos con luz", añade la experta. Y realmente, esto no es bueno para el funcionamiento de nuestro sueño y descanso.
Activar y sintetizar la melatonina (hormona del sueño)
Y esto es así porque "la luz es el principal sincronizador del sistema circadiano, es el que actúa directamente sobre nuestro cerebro y le dice que es hora de levantarse y que es hora de activarse. Por ello es importante levantarnos e ir activándonos con luz solar", explica Martínez.
Pero si esa luz la recibimos a últimas horas del día, es decir, más allá de las 20h de la tarde -continúa la experta- nuestro cuerpo no puede sintetizar la melatonina porque es incompatible con la luz. "Eliminaríamos la melatonina de nuestra sangre y haremos que el sueño sea de peor calidad, poco reparador y superficial, o incluso hará que no podamos conciliarlo, o nos cueste más", detalla la doctora.
Así, lo mejor es tener un buen contraste entre el día y la noche: el día tiene que ser con mucha luz (lo ideal es que cuanto antes empezamos a recibir luz al levantarnos, mejor) y por la tarde-noche que no haya ya luz solar, es decir, que no haya luz solar durante la preparación del sueño y por supuesto, el sueño.
"Y esto, evidentemente, no lo decimos tanto porque haya un fotoperiodo corto durante el día, sino porque no haya luz en momentos inadecuados", aclara.
Quedarnos siempre con el 'horario de invierno'
Por ello es que los especialistas en sueño abogan por el llamado horario de invierno. De hecho, ya en el año 2018, los expertos de la SES enviaron un informe sobre el posicionamientode la sociedad científica sobre el cambio de horario.
Según el documento, los profesionales recomiendan "no hacer cambios y promover una mayor exposición a la luz natural cuando la mayoría de las personas están trabajando o aprendiendo en la escuela. Esto es lo que ocurre durante el horario de invierno (GMT+1), en contraposición a lo que sucede con el de verano (GMT+2)". Así -añaden- se conseguiría más horas de luz en las primeras horas de la mañana.
Realmente, "lo ideal es que tengamos el horario que más se acerque a lo que nos correspondería geográficamente, que sería el meridiano de Greenwich", explica la doctora Martinez. De este modo, "estaríamos en más cero, es decir, no deberíamos tener ni una hora más ni dos horas más como tenemos en verano. Por eso es que recomendamos el horario de invierno, para no separarnos demasiado del patrón de luz natural al que estamos realmente expuestos; tomando Madrid como referencia".
Evidentemente, añade que si tomamos como referencia las Islas Baleares, querrán que anochezca más tarde. Pero si nos ponemos en la piel de los gallegos/as, hay determinados momentos del año en que se levantan siendo totalmente de noche y hasta pasadas dos horas de empezar a trabajar no tienen luz solar. "Con lo cual es importante tomar una referencia media, en este caso el punto céntrico sería Madrid, para poder tomar una decisión global para toda España", asegura.
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Por último, destacar también que normalmente nos cuesta menos adaptarnos a este cambio de hora, especialmente a los niños y a los mayores, que son quienes más notan los cambios de hora. Y esto es así fundamentalmente, porque dormimos una hora más. Y siempre es mejor ganar una hora que perderla. Aquí explicábamos las claves.