El pescado casi casi se ha convertido en un artículo de lujo para muchas personas. El consumo ha caído un 12% en el último año, según los datos que ha presentado la consultora Kantar en el 23º Congreso AECOC de Productos del Mar. Y los pescaderos son los primeros que lo han notado. "No vendemos lo mismo por cada cliente que viene, vendemos bastante menos. Si antes la media de un cliente eran en torno a 16 y 22 euros por cliente, y ahora estamos entre 15 y 18 euros", explica Adolfo Ruiz, gerente de la pescadería Askato Itsasoa, en el País Vasco.

La razón fundamental para esa bajada en el consumo de pescado es el precio. "Ha subido todo, tanto el azul como el blanco", "está todo carísimo, sobre todo el salmón", nos cuentan algunos clientes.

Pero el pescado es vital en nuestra dieta. Lo recomendable son 3 raciones de pescado a la semana, porque es una fuente importante de grasas con Omega 3, con efectos muy beneficiosos en el organismo: "Tienen efectos antiinflamatorios y cardioprotectores y también tienen beneficios en el desarrollo del sistema nervioso", explica Cristina Cuerda, endocrinóloga del Hospital Gregorio Marañón.

En la infancia es muy importante el consumo de este pescado, y también en mujeres embarazadas o en edad fértil, porque las grasas que aporta el pescado son cardiosaludables y pueden contribuir a un mejor desarrollo del sistema nervioso central y del cerebro. Eliminar o reducir el consumo de pescado puede tener consecuencias en nuestra salud: "Si disminuimos el consumo puede tener consecuencias porque es una fuente muy importante de proteínas y contiene menos grasas que otros alimentos proteicos como la carne, el huevo o los lácteos, afirma Cristina Cuerda. "Puede suponer deficiencias de micronutrientes y una menor ingesta de yodo, que sobre todo se encuentra en animales de origen marino, que habría que compensar con otros alimentos", aclara.

Rubén Bravo, nutricionista del Instituto Médico de la Obesidad (IMEO) advierte, el problema es que a nivel nutricional es muy difícil sustituir el pescado por otro alimento. "Se puede sustituir por alimentos proteicos como la carne de ternera o de pollo, con las mismas proteínas, pero la diferencia es que la grasa del pescado es altamente saludable".

Hay alternativas para seguir consumiendo pescado, seguir disfrutando de sus nutrientes, pero no notarlo tanto en el bolsillo.

  • Comprar pescado congelado. El precio suele ser menor y tiene las mismas propiedades.
  • Elegir pescados más económicos. No es lo mismo comprar salmón o emperador, que optar por pescados blancos, que suelen salir mejor de precio.
  • Buscar ofertas de pescado fresco. Muchas pescaderías ofrecen pescado por piezas o precios más económicos si llevas más cantidad. Sale más rentable y ese pescado después se puede congelar para utilizar más adelante.
  • Comprar pescado enlatado. El atún, la caballa o las sardinas se pueden encontrar enlatadas y tienen un precio mucho más bajo. Los nutricionistas recomiendan comprarlas al natural en lugar de con aceite, porque abarata el precio y aporta menos calorías.

Alternativas al pescado. El pescado es un alimento difícilmente sustituible, pero se puede intentar. "Una manera de intentar sustituir las propiedades nutricionales del pescado es irnos a carnes bajas en grasas, como el pollo, y aumentar en nuestra dieta alimentos ricos en grasas saludables, como el aceite de olivo virgen extra, el consumo de aguacate o la ingesta de frutos secos, especialmente las nueces", afirma Rubén Bravo.

Los expertos también advierten que reducir el consumo de pescado en ocasiones conlleva un desplazamiento hacia alimentos menos saludables, más carnes o más comida basura. Por lo que insisten en que nos concienciemos de la importancia del pescado en nuestra dieta.