El director del CEIP Es Puig, Miquel Bujosa, ha explicado a Europa Press que el centro estudia presentar una denuncia ante la Guardia Civil por difamación, por haber señalado la publicación al centro y haber acusado a los profesores de no hacer nada.
Asimismo, Bujosa ha lamentado los hechos y ha subrayado que es "impensable" que algo así ocurra en un colegio. El centro estaba cerrado por las vacaciones escolares y de hecho ha comenzado a funcionar de nuevo este jueves, 1 de septiembre.
Cabe señalar que el usuario ha editado posteriormente la publicación para aclarar que los hechos han ocurrido no en el ámbito lectivo sino durante la escuela de verano, si bien subraya que "esto no viene de ayer, son meses y meses". También se ha modificado el texto de la descripción refiriéndose a los "monitores" en vez de a "profesores".
El regidor de Educación de Lloseta, Tomeu Ripoll, ha informado de que desde la concejalía ya se han puesto en contacto con la empresa responsable de la actividad, así como con los padres del menor afectado y los padres del grupo de chicos que participaron en el acoso. Además se ha informado al Policía Tutor del municipio, que ya ha iniciado el protocolo estipulado para este tipo de casos.
Desde la Conselleria de Educación del Govern balear han rechazado comentar el caso para proteger la intimidad del menor, y se han limitado a recordar que existen protocolos contra el acoso escolar y también que los centros cuentan con protocolos de convivencia.
Durante el curso 2020-2021, el Instituto para la Convivencia y el Exito Escolar (Convivèxit) detectó un aumento de los casos de acoso y de las peticiones de asesoramiento asociadas al malestar emocional, la depresión y conductas autolesivas. Durante el curso 2020/2021, se abrieron 308 protocolos, de los que 87 fueron valorados como acoso. En el curso 2019/2020, sin embargo, se habían abierto 262, de los que 69 valoraron como tal.
Otro gasto más
La denuncia de los trabajadores sobre las cenas de Navidad: tan solo un 15% las pagan las empresas
Las cenas de empresa ya no son lo que eran. Los trabajadores se quejan de que estos eventos tienen precio de oro y que ya no los paga la empresa, sino que el dinero sale de su propio bolsillo.