Las excedencias para el cuidado de menores se duplican en verano. De junio a septiembre de 2022 se solicitaron más de 22.000, aunque el problema que la inmensa mayoría (cerca del 90%) las solicitan las mujeres, mientras que solo un 11% es para hombres. La falta de corresponsabilidad en el cuidado de los hijos es incluso anterior a la maternidad: el 51% de las mujeres sin hijos cree que si los tuvieran, renunciaría, frente al 11% de sus parejas.

Con las vacaciones escolares, llega un nuevo quebradero de cabeza para la familia de Teresa. Ella y su marido hacen malabares para cuidar de sus cuatro hijos en verano. Ambos se ven obligados a alternar los turnos de trabajo por el día porque sin familiares que les ayuden, los campamentos no son una opción. "Con los precios desorbitados, con cuatro niños, y uno menor de un año, es imposible tenerlos a todos en un campamento de verano", expresa la mujer.

La única solución para ellos es sacrificar su trabajo para poder quedarse en casa. "Intentamos reducirnos la jornada, aunque eso también supone ganar menos dinero", señala Teresa.

Como Teresa, otras familias recurren a la misma fórmula, o incluso a excedencias, aunque la mayoría son para ellas. "En el momento en que una madre se coge una excedencia o una reducción de jornada, se está poniendo la 'm' de madre, que va a afectar a su trayectoria profesional", lamenta Laura Baena, fundadora de 'Malasmadres'.

Además del impacto económico, el parón laboral repercute en las cotizaciones, afectando a la compensación económica por desempleo o a la pensión por jubilación. Se trata de una realidad que no viven igual los hombres: "Hay que tomar conciencia de que los hijos e hijas son también suyos y de que, por tanto, deben adquirir esa responsabilidad", defiende Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas.

Las soluciones a la conciliación pasan por un cambio a nivel social, aunque también por políticas públicas que la impulsen y empresas flexibles en sus horarios, o que apuesten por el teletrabajo. "Siempre existe la capacidad de escucha por parte de las empresas, qué necesitan, qué quieren, con qué se sentirían felices, y en base a las respuestas que den, que seamos capaces de crear la norma", manifiesta Ainhoa Álvarez, directora de Personas y Cultura en Innocv Solutions. Se trata de medidas que permitan accionar las palancas de cambio para corregir la desigualdad.