Lauren Smith fue trasladada al hostpil tras romper aguas de forma anticipada. Su marido y ella esperaban a a dos gemelas que desgraciadamente una de ellas nació con síndrome de transfusión fetofetal, un problema que descompensa la sangre de uno de los gemelos hacia el otro.

Ambas estaban conectadas a máquinas que les ayudaban a respirar y comer debido a su prematuro nacimiento, pero la pequeña diagnosticada con este síndrome se encontraba realmente mal y los médicos advirtieron a la madre su vida corría peligro.

Ava, la bebé enferma, pesaba menos de 400 gramos y cuatro semanas después los doctores informaron a la madre de que iban a desconectar a su bebé porque las probabilidades de que sobreviviese eran mínimas, pero sus padres se negaron a que la desconectaran.

Sin embargo, después de estar cuatro meses en el hospital la pequeña se ha recuperado lo suficiente para que le den el alta ya se encuentra con sus padres donde su crecimiento evoluciona favorablemente.