Un bar en una ermita
Batalla por el mirador del Garbí: un concejal de Vox compra el terreno para montar un chiringuito, mientras el Ayuntamiento lo niega
Los detalles A más de 580 metros sobre el nivel del mar y con una vista inmejorable, se encuentra una ermita del siglo XVIII, sencilla y encantadora. Pero un concejal de Vox en la oposición ha acordonado la zona porque asegura que ha comprado el terreno.

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Desde este lunes, acceder al mirador y la ermita del Garbí en Estivella, Valencia, requiere pagar una entrada, debido a que un empresario y concejal de Vox ha acordonado la zona, afirmando haber comprado el terreno. Sin embargo, el ayuntamiento insiste en que es un espacio público. Los vecinos están indignados, ya que solían subir allí para observar las estrellas. El empresario planea instalar un bar y cobrar un euro por entrada para construir una cruz de cincuenta metros y un museo ciclista, sin consultar a la comunidad. El alcalde ha anunciado medidas legales, mientras el empresario se prepara para defenderse legalmente. La situación ha impedido la tradicional noche de observación de estrellas del pueblo.
* Resumen supervisado por periodistas.
Desde este lunes entrar en el mirador y ermita del Garbí en Estivella, Valencia, cuesta dinero. Un empresario y concejal de Vox en la oposición, ha acordonado la zona porque asegura que ha comprado el terreno. El Ayuntamiento lo niega, insiste que ese es un espacio público y los vecinos, que acostumbran a subir allí a observar las estrellas, están indignados.
A más de 580 metros sobre el nivel del mar y con una vista inmejorable, se encuentra un lugar perfecto donde hacer un sendero en paz: una ermita del siglo XVIII, sencilla y encantadora. Pero alguien la ha llenado de cachivaches. Los vecinos de Estivella, alcalde incluido, se han quedado al verla de piedra, porque es su lugar más visitado en el monte.
"Llegar ahí y ver todo ocupado. con sillas, mesas... Dices "pero, ¿esto qué es?", ha comentado el alcalde, Josep Francesc Mateu. Porque la ermita se la han encontrado ocupada y precintada, y con el candado cambiado por una cadena.
Un empresario local, concejal de Vox en Estivella, dice que la ha comprado al dueño del suelo y tiene planes para este lugar público y patrimonio: quiere montar un chiringuito para sacar dinero. Es la comidilla del pueblo porque quiere montar un bar en un paraje de gran valor natural.
El concejal pide un euro a quien entre para construir una cruz de cincuenta metros con ascensores y un museo ciclista. Eso, sin preguntarle a nadie, lo que ha generado un gran malestar entre los vecinos. El Ayuntamiento ya ha avisado de que va a tomar medidas legales mientras el empresario dice que recurrirá a sus propios abogados. Por el momento, el pueblo se ha quedado sin poder disfrutar en su tradicional noche de las estrellas, que era este fin de semana, en su rincón favorito.