Los pilotos de la Guardia Civil de Cádiz maniobran durante horas a contracorriente y contra las olas con motos de agua para detener a los contrabandistas que transportan migrantes hasta la playa. Uno de los agentes ha relatado cómo detuvieron al contrabandista que llevaba a dos migrantes: "Nos acercamos a la moto de agua obligándolos a parar, pero hacen caso omiso hasta que en una de las olas de la embarcación perdió el equilibrio y cayeron al mar".

Ya son 120 los migrantes que han llegado a España en moto de agua frente a los 15 que lo hicieron el año pasado. Este aumento ha llevado a los agentes a redoblar la seguridad en esta zona del paso del Estrecho. Es el punto más cercano a Marruecos. De ahí hasta Tánger solo hay 30 minutos en moto. El trayecto es corto y menos arriesgado y lo es aún más si los que viajan son menores, porque a los niños no se les repatría. Las estadísticas lo han reflejado: el 70% de los migrantes que han llegado en moto de agua son adolescentes.

A 40 nudos los pilotos cruzan el Estrecho y a pocos metros de la playa los abandonan. Lo hemos visto en Ceuta, donde el piloto los abandonaba y escapaba corriendo ante la perpleja mirada de los bañistas. Lo mismo ocurrió en Zahara de los Atunes, Cádiz., donde entre sombrillas y toallas saltaban a tierra una treintena de subsaharianos.