Con la mitad del coche recortado para que puedan asomar sus enormes cuernos y un trozo de valla a modo de puerta. Así ha viajado este toro, junto a su dueño, por una autopista de Nebraska.

La escena no pasó desapercibida para nadie. Tampoco, como es obvio, para la policía. Les detuvieron, aunque finalmente no hubo multa.

El paseo en coche del animal ha triunfado en el mundo entero. Rhonda Meyes, la mujer del dueño, asegura que su marido se cree que el toro es toda una estrella de cine.

La fama no es nueva para ellos. Llevan muchos años paseando en los desfiles de su ciudad y posando para las cámaras de sus seguidores.

"La gentes les para y les piden fotos y ese tipo de cosas", ha relatado la mujer en una entrevista. Ella misma asegura que la amistad entre el toro y su marido no le ha salido nada barata.

"Con la cantidad de dinero que ha invertido en el proyecto, entre el coche y el toro, yo podría haber comprado una cocina nueva", ha bromeado.

Con su última anécdota, la pareja de amigos ha causado furor y seguro que este no será su último rodeo.