El regreso del terror
Así actuaba Ximo Ferrándiz, el asesino en serie que mató a cinco mujeres en los 90 y que hoy vive en libertad en Andoain
El modus operandi De día parecía un hombre normal y educado, pero de noche se convertía en un depredador que acechaba a jóvenes frente a discotecas, les desinflaba los neumáticos, se ofrecía a ayudarles y luego las violaba y asesinaba; hoy su presencia en Andoain genera miedo y alerta entre los vecinos.

Resumen IA supervisado
Joaquín 'Ximo' Ferrándiz Ventura, el primer asesino en serie español en recuperar la libertad tras cumplir condena, vive actualmente en Andoain (Gipuzkoa) y su presencia genera inquietud. En los años 90, su apariencia normal ocultaba a un depredador que violó y asesinó a cinco mujeres en Castellón. Condenado a 69 años, cumplió 25, la pena máxima de entonces, y salió en julio de 2023. Aunque prometió dejar España, se quedó, causando temor entre los vecinos. La Ertzaintza vigila sus movimientos tras una denuncia por acoso de su ex pareja, mientras su pasado sigue generando alarma y desconfianza.
* Resumen supervisado por periodistas.
Un hombre camina frente a una discoteca. Mira, observa, espera. Nadie lo nota, nadie sospecha. Ese hombre es Joaquín Ximo Ferrándiz Ventura, el primer asesino en serie español en recuperar la libertad tras cumplir condena. Durante los años 90, su fachada educada y normal escondía a un depredador que violó y asesinó a cinco mujeres en Castellón. Hoy, a sus 62 años, vive en Andoain (Gipuzkoa), y su presencia vuelve a sembrar miedo.
Ferrándiz fue condenado a 69 años de prisión por sus crímenes: una profesora, una menor y tres mujeres prostituidas fueron sus víctimas. Cumplió 25 años, la pena máxima en aquella época, y salió en julio de 2023. Aunque aseguró que se marcharía de España, se quedó, primero en Irún, luego en Bilbao y finalmente en Andoain, donde trabaja en una empresa de alimentación.
Los vecinos viven con inquietud. "Tenemos que tener cuidado", comenta una mujer. Otra confiesa: "Siempre estás con el nerviosismo de si puede volver a hacer algo". La tensión se intensifica tras la denuncia de su ex pareja por acoso, que ha derivado en una orden de alejamiento vigilada de cerca por la Ertzaintza.
El depredador detrás de la fachada
De día, Ferrándiz era un hombre educado y trabajador; de noche, un depredador meticuloso. Acechaba a mujeres jóvenes frente a discotecas, desinflaba sus neumáticos y se ofrecía a ayudarles o llevarlas a casa. Una vez aisladas, las violaba y las estrangulaba, a veces usando su propia ropa interior. Todo estaba calculado: desde las herramientas que guardaba en su casa —la Guardia Civil encontró cintas y su 'kit de violador'— hasta su manera de ganarse la confianza de las víctimas.
Algunos de estos crímenes ocurrieron tras cumplir condena por una violación en 1989, un patrón de "escalada de violencia" que convertía la pulsión sexual en agresión letal. Nadie sospechaba que el hombre correcto y atento de su entorno podía ser un asesino en serie.
Alerta en Andoain
Hoy, Ferrándiz sigue despertando alarma. La Ertzaintza vigila sus movimientos frente a discotecas y locales, comportamientos que recuerdan a su pasado criminal. Los vecinos confiesan su miedo: "No sabemos cómo está ahora", dice una mujer; "la reinserción… una mierda para ellos, la mierda siempre tira para el monte", sentencia otra.
Ferrándiz ha cumplido su pena y es legalmente libre. Pero la sombra de sus crímenes y la manera calculadora en la que cazaba a sus víctimas sigue muy presente, y su historia vuelve a inquietar allí donde se instala.
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