El estado de Arkansas ha aprobado la polémica ley que previsiblemente entrará en vigor durante la primavera de 2017. La regulación permite a la familia de las víctimas por violación que detengan la realización del aborto.

El punto más criticado de esta ley es que existe un vacío legal respecto al papel que puede jugar el violador y padre del feto ya que se considera familia de la víctima y, por tanto, también podrá interrumpir el aborto. De esta manera, debido a la inexistencia de la cláusula, los violadores podrán demandar a las clínicas de aborto para que paralice la interrupción del embarazo.

"No puedo entender que un violador o alguien que tiene a alguien embarazada contra su voluntad, tenga algún derecho en esa decisión", manifiesta Karen Musick, cofundador de la red de apoyo de Arkansas, en una entrevista a Daily Beast.

La polémica ley ha causado también indignación entre los que están a favor del aborto porque prohíbe el procedimiento común, el método de interrupción del embarazo que se utiliza es considerado como uno de los más seguros.

La prohibición del método de dilatación y evacuación imposibilita abortos después de 14 semanas. La Organización Mundial de la Salud asegura que ese método se utiliza en el 95% de los abortos del segundo trimestre.