Audiencia Nacional
La sombra de la corrupción y una fortuna oculta en Andorra: los Pujol se sientan en el banquillo
El contexto Este lunes, Pujol y sus siete hijos defienden en la Audiencia Nacional que la fortuna que posee la familia ha sido conseguida a través de una herencia bien invertida y no de la corrupción, como asevera la Fiscalía.

Resumen IA supervisado
Jordi Pujol y sus siete hijos enfrentan un juicio en la Audiencia Nacional por el origen de una fortuna oculta en Andorra. La familia alega que proviene de una inversión de herencia, pero la Fiscalía acusa que es fruto de corrupción. Tras 13 años de investigación, se cuestiona la presencia de Pujol en el juicio debido a su "deterioro cognitivo moderado", aunque se le ha permitido comparecer por videoconferencia. Sus hijos están acusados de asociación ilícita para enriquecerse mediante comisiones a cambio de adjudicaciones públicas. La Fiscalía pide penas de entre ocho y 29 años de cárcel. La defensa de los Pujol no ha convencido a la Fiscalía, que sostiene que el patrimonio fue ocultado para camuflar su origen corrupto.
* Resumen supervisado por periodistas.
Jordi Pujol y sus siete hijos afrontan este lunes en la Audiencia Nacional el juicio sobre el origen de la millonaria fortuna que tuvieron oculta durante décadas en Andorra. La familia siempre ha defendido que la tienen gracias a una buena inversión de la herencia familiar, pero la Fiscalía señala que ha sido fruto de la corrupción.
Tras una instrucción que ha durado 13 años, la primera duda es si el expresidente catalán estará presente o no en el banquillo de los acusados. Para los médicos forenses que le han examinado, sufre un "deterioro cognitivo moderado" y, por tanto, han concluido que no está "en condiciones físicas ni cognitivas para comparecer en un juicio". En este sentido, han apuntado que no dispone de "capacidad procesal" para defenderse.
Ahora bien, fuentes de la familia han confirmado a laSexta que Jordi Pujol tiene previsto declarar de forma telemática.
Los que sí estarán presentes serán sus siete hijos, acusados de integrar una asociación ilícita junto al matrimonio Pujol-Ferrusola para enriquecerse con comisiones de empresarios a cambio de adjudicaciones públicas, motivo por el que la Fiscalía les pide penas de entre ocho y 29 años de cárcel (para el expresident solicitan nueve).
126 millones de pesetas para cada uno
La familia Pujol llegó a conseguir que cada uno de los siete hermanos y la madre, Marta Ferrusola, cobraran en el año 2000 126 millones de las antiguas pesetas (757.300 euros). Según defiende la Fiscalía, ese dinero procede de las comisiones que empresarios afines a CDC pagaban a la familia a cambio de adjudicaciones y contratos públicos de administraciones controladas por el partido.
Concretamente, al president catalán que lideró la Generalitat durante 23 años le consideran como quien dirigió la supuesta asociación ilícita para repartirse con los empresarios los beneficios obtenidos con los concursos amañados. Una dirección que compartiría con su esposa, fallecida en julio del año pasado tras haber sido exculpada en mayo de 2021 por la demencia que padecía.
Al margen del matrimonio, el principal acusado es su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, quien en 1990 asumió la gestión de los fondos de Andorra y una década después repartió esos 126 millones de pesetas a cada miembro de su familia, quienes desde 2011 estuvieron sacando dinero en metálico para acabar regularizando el patrimonio en 2014.
Un "legado" del padre de Pujol
Ahora bien, según la versión que Pujol explicó el pasado 25 de julio de 2014 en su carta de confesión, la fortuna procede de un "legado" que su padre Florenci dejó a sus nietos y a su nuera, preocupado por que la actividad política de su hijo pusiera en riesgo el futuro de su familia. Sin aportar nunca documento alguno que acredite ese legado, la familia ha insistido ante la justicia en que los 140 millones de pesetas se alimentaron de una galopante inflación y varias devaluaciones de moneda hasta alcanzar los 500 millones de pesetas (3 millones de euros) en diez años.
No obstante, su argumento no ha convencido a la Fiscalía, que cree que el motivo por el que los Pujol ocultaron su patrimonio en Andorra no era otro que el de camuflar que provenía de la corrupción. Según la acusación, el papel de Jordi Pujol Ferrusola no solo era cobrar las comisiones, sino también blanquearlas mediante sociedades instrumentales y operaciones en el extranjero y repatriar después el dinero para, ya lavado, repartirlo entre su familia.
Los fondos de los Pujol permanecieron ocultos en bancos andorranos por lo menos durante 20 años, sin tributar en España, de lo que se deriva otro delito contra la Hacienda pública. Sin embargo, para la mayoría, ese fraude fiscal ha prescrito.
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