El Gobierno ha urgido a las Comunidades Autónomas a que adopten todas las medidas que contempla el actual estado de alarma para hacer frente a la pandemia. Lo ha dicho la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en una visita a una fábrica de material hospitalario, donde ha hecho un llamamiento a que las regiones desplieguen "todas las medidas que pueden implementar" al paraguas del decreto actual.

La titular de Sanidad ha insistido así para que comunidades más reticentes, como Madrid, adopten restricciones mayores. El Ejecutivo presidido por Isabel Díaz Ayuso se ha mostrado en contra de adoptar nuevas medidas para afrontar la pandemia, al tiempo que otras comunidades dirigidas por el PP, como Galicia y Castilla y León -donde gobierna junto a Cs, en la misma fórmula que en Madrid-, que sí han optado por llevar al extremo cierres perimetrales, de hostelería o los toques de queda.

La ministra de Sanidad ha insistido de nuevo en que dentro de la estrategia nacional hay medidas "muy importantes" que inciden en aspectos "vitales" para bajar la curva y que se ha visto como autonomías con una incidencia acumulada de casos muy alta las han aplicado y han conseguido reducir los datos.

Por eso, ha instado a las comunidades a continuar adoptando medidas y que las amplíen en el marco que tanto la propia estrategia como el decreto de estado de alarma permiten porque si bien la pandemia tiene una tendencia a la baja, el descenso es lento y es difícil doblegar la curva.

Las declaraciones de Darias parecen responder a las de Ayuso, que se ha cerrado en banda a adoptar nuevas medidas. Un extremo que también ha defendido el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, de Ciudadanos: "Hay que huir de los cierres totales como de la peste, porque arruinan la economía y arruinan a las familias", ha apuntado el líder naranja, que en noviembre defendía un confinamiento domiciliario para "salvar" las Navidades.

Madrid ha renunciado a tomar nuevas medidas, aunque hoy ha anunciado dos: imponer la mascarilla obligatoria en los restaurantes -algo que ya se daba por hecho- y aumentar de cuatro a seis las personas que se pueden reunir en una terraza, apenas una semana después de imponer esta limitación.