Ya se han comenzado a fabricar las dosis de la vacuna de Pfizer que irán destinadas a los menores de entre 5 y 11 años y que se distribuirán y llegarán a España en la segunda quincena de diciembre. Así lo ha confirmado a laSexta el Ministerio de Sanidad, departamento que ha detallado además que este reparto se realizará utilizando los mismos canales de distribución de Pfizer; esto es, en un principio los sueros preparados para los pequeños vendrán en el mismo envío que las dosis de adultos.

De este modo, nuestro país empieza a prepararse para inmunizar la franja etaria más joven después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) diera 'luz verde' a la vacunación de este grupo. Una vez concluido el primer trámite, será la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones la que analizará la propuesta y, posteriormente, la trasladará a la Comisión de Salud Pública para que, a continuación, se prepare el dispositivo por comunidades autónomas.

Al tiempo que se inician los preparativos para poner en marcha la campaña de vacunación, la EMA también ha querido recordar que, según un estudio, los efectos secundarios que más se han registrado en niños de hasta 11 años tras la inyección de la vacuna son muy parecidos a los que se han visto en las personas de mayor edad. A destacar, enrojecimiento e hinchazón en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza o dolor muscular y escalofríos. La razón: la respuesta inmune de los menores con 10 microgramos es la misma que los adultos con 30.

Tras el alto nivel de vacunación que ha logrado España (90,9% de la población diana con al menos una dosis y el 89,2% con la pauta completa ya administrada), son ahora los niños uno de los grupos más vulnerables a la pandemia de coronavirus. Así se refleja en los datos diarios aportados con Sanidad, que exponen una incidencia de hasta 252,60 casos por cada 100.000 habitantesen la franja etaria de menores de 11 años, la más alta de todos los grupos. Tal y como se está viendo en otros países, este plan ya está funcionando.

Por ejemplo, la vacuna de Pfizer para niños de entre 5 y 11 años ya está autorizada en Estados Unidos. Y de acuerdo con los datos ofrecidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), la campaña ha tenido una efectividad superior al 90% en la prevención de contagios en este grupo etario. En España, sin embargo, la introducción de esta iniciativa ha generado un debate que divide a sanitarios y expertos, pues no son pocos los que ponen en duda la necesidad de vacunar ahora mismo a los más pequeños.

Vacunar a los niños, ¿una prioridad?

En concreto, las dudas giran en torno a la aplicación del suero en este grupo cuando hay países en los que las tasas de vacunación siguen siendo peligrosamente bajas y requieren de la colaboración con otros territorios para recibir más dosis. "Si queremos reducir el número de reservorios o contagios, habría que vacunar a los niños y el suero es seguro. Pero ¿de verdad debemos vacunar a población que no es propensa a sufrir la enfermedad de manera grave cuando hay países a los que no están llegando las vacunas? Algunos no tienen ni para los más vulnerables", planteó, por ejemplo, el experto en epidemias Elvis García.

También lo cree así el catedrático de Inmunología de la Universidad de Valladolid Alfredo Corell, que en declaraciones a laSexta señaló que "los niños no se van a ver beneficiados porque no han sufrido la enfermedad grave ni la han trasmitido" y que, bajo su criterio, no se van a observar "grandes beneficios, salvo disminuir algo la transmisión". En una posición contraria se mostró recientemente la Asociación Española de Pediatría (AEP), que sí recomendó la vacunación de los niños contra el COVID-19.

La AEP argumentó que, pese a que la afectación por la enfermedad en estas edades es leve, sí puede complicarse la salud de los pequeños en según qué casos. Asimismo, razonó que con la vacunación de los niños se ayuda a disminuir la circulación del virus o la aparición de nuevas variantes y puso en valor la posibilidad de mantener la seguridad en los centros y espacios educativos del país frente a una crisis sanitaria que sigue muy presente en todo el territorio nacional, como una vez más muestran los datos de Sanidad (con una incidencia de 160,15 casos cuando el viernes pasado era de 111,95).

Muchos piensan que con las vacunas se ha acabado ya con la pandemia, y que los vacunados no tienen que tomar ya precauciones"

Tedros Adhanom Ghebreyesus (director general OMS)

Las consideraciones de la Asociación Española de Pediatría pesan mucho en un momento en el que Europa ya ha empezado a hablar de la 'pandemia de los no vacunados' (personas que por uno u otro motivo no se han inyectado el suero contra el COVID-19) y en España ya se ha empezado a observar de forma directa cómo está afectando la enfermedad a quienes están inmunizados y a quienes no lo están. Según los datos del Ministerio, los no vacunados tienen un riesgo 18 veces mayor de ser hospitalizados, y entre los 30 y los 50 años, el riesgo de ingreso es diez veces menor entre los vacunados.

Sí es cierto que los distintos organismos sanitarios nacionales y internacionales no solo están achacando la evolución de la pandemia a los notables porcentajes que se advierten en cada país de personas no vacunadas. Este mismo martes, la Organización Mundial de la Salud expresó su preocupación por el incremento de contagios en Europa, donde se concentran dos tercios de los casos actuales, y atribuyó esta ola a la "falsa sensación de seguridad" que han producido las vacunas. Es decir, a la excesiva relajación en los vacunados: "Muchos piensan que con las vacunas se ha acabado ya con la pandemia, y que los vacunados no tienen que tomar ya precauciones".