Desde este martes, el Ministerio de Sanidad ha comenzado a publicar los datos de contagio, de hospitalización en planta, de ingresos en UCI y de fallecimiento a causa del COVID-19 dividiendo los mismos entre vacunados y no vacunados. Es decir, que medirá el impacto de la pandemia y sus efectos clasificando a los pacientes de esta enfermedad según hayan recibido la inyección contra el virus o la hayan rechazado. La diferencia entre ambos grupos es, cuanto menos, notable.

Para ahondar en esta cuestión, la periodista Sara Ramos ha repasado en Más Vale Tarde los datos expuestos por Sanidad de las últimas ocho semanas. En relación a la incidencia, entre los vacunados hay 23,1 casos por cada 100.000 habitantes. En cambio, entre los no vacunados la incidencia sube hasta los 64,5 casos. Prácticamente, el triple de contagios de diferencia entre el primer y el segundo grupo.

Pero es en la presión asistencial de hospitales y UCI y en el número de fallecidos donde se observa con mayor facilidad cómo afecta el COVID-19 con o sin vacuna. Por ejemplo, en la franja de 60 a 79 años, la tasa media semanal de hospitalizaciones entre los vacunados es de 2 puntos, mientras que entre los no vacunados es de 35,7. En esa misma franja, la tasa media de ingresados en UCI es del 0,3 entre vacunados y del 6,9 entre no vacunados.

Y en la franja de mayores de 80 años, la tasa de fallecidos semanal es de 1,3 en vacunados y del 11,6 en no vacunados. Datos como estos han llevado a la Agencia de Salud Pública de la Unión Europea a pedir que se recomiende ya la tercera dosis para todos los mayores de 18 años. En España, casi 150.000 personas se han puesto las primeras dosis en las últimas dos semanas, 34% más que en las semanas previas, y lo han hecho en todas las franjas de edad.